Las influencias de la mente y el pensamiento generan en nosotros emociones, y bajo su influjo condicionan nuestra conducta y toda nuestra vida.
Pero los pensamientos no son una realidad; estos son impulsos creativos que genera nuestra mente y que producen los razonamientos mediante los cuales tomamos decisiones.
Todos los seres humanos tenemos similares capacidades para emplear los pensamientos, pero está en nosotros utilizar el raciocinio para que las influencias de la mente sean positivas en nuestra vida.
Nuestra mente trabaja en todo momento, pues en todo momento pensamos, incluso cuando queremos vaciar la mente de pensamientos nos encontraremos con que una y otra vez vuelven a surgir.
Y nuestros pensamientos son tan poderosos que pueden modificar nuestro habitual comportamiento. Pueden verse dibujados en nuestra cara o en las palabras que utilizamos cuando nos dirigimos a alguien, condicionan nuestros actos y todo lo que hacemos durante el día.
Si una emoción negativa nos embarga, tenderemos a tener pensamientos negativos y a actuar según lo que nuestra mente (guiada por esa emoción negativa) crea conveniente.
Estos pensamientos negativos son las influencias de la mente que debemos evitar. Es necesario liberarnos de esta carga que no solo nos perjudica a nosotros, sino a todo nuestro entorno.
Por ejemplo, convivimos diariamente con ciertos hábitos y costumbres nocivas que ya hemos asimilado por tanto tiempo que nos parecen normales. Creemos erróneamente que siempre estuvieron con nosotros y, sin embargo, estas conductas son el resultado de nuestros pensamientos negativos.
Estas impresiones negativas son a menudo más difíciles de detectar, pues están mucho más enraizadas en la consciencia de nuestro ser, pero también existen condicionamientos externos que nos generarán estos pensamientos negativos que afectarán nuestra vida diaria.
Pero ya sea por influencia exterior o condicionamiento interior, la respuesta que nos corresponde dar debe ser siempre la misma: analizar y filtrar los patrones de pensamientos negativos y tener la intención y la capacidad de convertirlos en útiles y positivos.
¿Qué tipos de pensamientos existen?
Pensamientos necesarios
El pensamiento necesario es aquel que destinamos a nuestra alimentación o a nuestras responsabilidades laborales, o a las tareas que son necesarias en nuestra vida.
Pensamientos inútiles
Los pensamientos inútiles son aquellos que no tienen utilidad ni positiva ni negativa. Pueden referirse al pasado y ser del tipo: “Si esto me hubiera ocurrido, habría hecho eso o aquello”.
O pueden ser conjeturas sobre el futuro cercano o lejano: “¿Qué va a ocurrir si…? o ¿Qué haré si…?”.
Nuestra fuerza interior y nuestra habilidad de concentración se debilitan con los pensamientos inútiles. Una persona que tiene muchos pensamientos inútiles se sentirá cansada y extenuada, pues estará desperdiciando su energía en crear pensamientos sin sentido.
Pensamientos negativos
Los pensamientos negativos debilitan nuestra fuerza interior, pues se basan en emociones negativas como la ira, las expectativas insatisfechas, los celos, etc.
No importa cuánta razón pensemos que tenemos en pensar de ese modo, los pensamientos negativos siempre serán dañinos y conducirán a conductas negativas.
Pensamientos positivos
Los pensamientos positivos son los que nos permiten acumular fuerza interior y nos estimulan a ser constructivos y creativos.
Cuando tenemos pensamientos positivos nos sentimos felices interiormente y eso de por sí es suficiente recompensa. Pero aún hay más beneficios del pensamiento positivo:
- Nuestra mente está en equilibrio.
- Nos sentimos más serenos.
- Actuamos de forma positiva.
- Somos más abiertos a las oportunidades.
- Tomamos mejores decisiones.
- Contagiamos positivismo y optimismo a nuestro alrededor.
- Nos sentimos armoniosos y enérgicos.
- Somos menos sensibles a las enfermedades.
Ya puedes observar el enorme poder de nuestra mente y nuestro pensamiento. Si quieres ser feliz, aprende a gestionarlos.
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