miércoles, 20 de abril de 2016

EL AMOR ES EL SECRETO PARA SANAR

Si tan sólo desde niños nos enseñaran que el Amor es la clave, es el secreto para nuestra sanación, nuestra existencia sería mucho muy diferente.
El Amor es el más bello misterio
Sin embargo, solemos cuestionar al mundo entero por todo aquéllo que nos acontece -sobretodo si se trata de situaciones negativas-; culpamos incansablemente a nuestros padres por ser “como ellos”, a quienes nos educaron/educan por “crearnos traumas existenciales”, a la realidad de nuestro país por “nuestro fracaso”, a los noticieros por su “contagio de negatividad”, al sistema político y a los medios de comunicación masivos por “la basura ideológica que nos imponen”, pero rara vez nos cuestionamos lo que hay dentro de nosotros que se proyecta al exterior y nos hace ver las cosas siempre de la misma manera.
Cierto es que nos comportamos de acuerdo a las experiencias que hemos vivido; traemos patrones de conducta mucho muy arraigados por N cantidad de situaciones por las que hemos pasado, que impiden nuestra sanación; actuamos con base al “chip” que traemos programado desde hace tantos años y no nos atrevemos a modificarlo, a cambiar de cassette y ponerle una cinta en blanco, partiendo desde el Amor.
Hay quienes vivimos con miedo al fracaso porque, alguna vez -de niños- nos equivocamos, y, en lugar de que alguien nos alentara a seguir intentando, nos etiquetaron y entonces, nosotros mismos nos limitamos.
Hay otros que viven con la idea de que todo se resuelve con violencia, porque fue con violencia como fueron educados.
Hay aquéllos que viven pensando que no sirven para nada porque, en alguna etapa de su vida, no cubrieron las expectativas que sus padres -u otros- tenían.



Hay los que viven creyendo que lo saben todo y que pueden ver por debajo del hombro a los demás porque, en casa, siempre fueron los tiranos sin control.
Hay algunos que viven sosegados, creyendo que su opinión no cuenta, que nunca podrán tener un mejor empleo, mucho menos un mejor salario, una mejor vida en pareja porque, alguna vez, se les dijo que no hablaran, que sólo debían asentir a todo lo que se les pidiera. Sus puntos de vista nunca contaban.
¿Qué decir de esos maestros(as)  que pareciera que, en lugar de educar, te programan para que te creas toda esa basura de que “eres un burro”, “no sirves para nada”, “qué niña tan inútil”, “no sabes hacer bien las cosas”, “seguro tus papás no te quieren”, “eres un rebelde sin causa” -uf-? La lista podría convertirse en pergamino. Y bueno, no sólo la escuela es “la causa”. De hecho no podemos ni culpar tampoco a “la casa”.
Crecemos -como podemos- con todos esos paradigmas, y llega un momento en nuestras vidas en que queremos culpar a todo el que se nos ponga en frente: “Por ti soy así..”, “Por lo que tú me hiciste, ahora me comporto así..”



A veces nos creemos NO merecedores del Amor Incondicional, porque nuestros padres no nos amaron -COMO NOSOTROS HUBIÉSEMOS QUERIDO- o porque fuimos maltratados o abusados, de una u otra forma, cuando éramos niños. Entonces mantenemos encendido el switch del “No merezco ser feliz, no merezco amarme, respetarme; mucho menos que alguien me ame de verdad o que complementen mi felicidad” (Sabiendo que, la Felicidad, sólo depende de uno mismo). Sin embargo, es inútil pasarnos la vida culpando a nuestros padres -por ejemplo-, ellos nos amaron (y nos aman) a su manera; no podemos responsabilizarlos de no habernos enseñado a amarnos a nosotros mismos, pues a ellos tampoco les fue dado ese “secreto”. A ellos nadie les aseguró que el poder estaba en ellos, que podían modificar sus conductas, sus programaciones, eliminar los paradigmas impuestos. A ellos nadie les dijo que la vida era más sencilla de lo que parecía, que quienes la complicaban eran los mismos humanos. ¿Cómo nos van a enseñar lo que ellos nunca aprendieron? Debemos entonces, PERDONAR PARA SANAR.



Abrazar con Amor a nuestros ancestros, y perdonar sus errores o carencias, es parte de nuestra sanación
La vida es un ciclo, llega el momento en que los papeles se invierten y uno PUEDE -no por deber- (re)educar a esas personas que, bien o mal, en algún momento de nuestras vidas nos educaron. Si uno es consciente de que las cosas pueden ser taaaan distintas a como “todo el mundo” las ve o las ha visto durante cientos y cientos de años; pues entonces debemos Perdonarnos -por haber crecido con tantas limitantes o en tantas “prisiones” -mismas que nosotros permitimos- (miedos, creencias erróneas, frustraciones, esclavitudes…)-, debemos Perdonar a todo aquél que, en su momento, trajimos a nuestra historia personal para enseñarnos algo y quizás no haya sido de la mejor manera; debemos liberar, dejar atrás lo negativo, enfocarnos en lo que QUEREMOS y no estar picando piedra en lo que no queremos; y debemos aprender a Amarnos -primero-, a sentir y creer (firmemente) que somos merecedores de ese Amor Incondicional que LIBERA, ese Amor que no esclaviza, que no somete, que no pretende, que no juzga, que no controla. Entonces, habremos aprendido ese “Secreto”.
AUTORA Luzía Morales
www.facebook.com/luziamoralesgil

No hay comentarios:

Publicar un comentario