¿Quíen puede decir que conoce a Dios? ¡Nadie!.
Se le puede sentir, imaginar, adorar...pero conocer...conocer...puede
que haya habido alguien, en este universo o en otros...pero siento que
Dios no se deja atrapar por ninguna mente, evolucionada o no, ya que
todo lo hay, existe, con formas o sin formas...es EL. Hasta estas
palabras que estoy escribiendo...es su aliento, su fuerza, su impulso el
que me está invitando a mover mis manos, mi corazón y mi mente para
hacer esta reflexión.
¿Pero...se puede llegar a conocer a Dios?
Siento que sí, ya que todo padre anhela que sus hijos, en cierta etapa
de su vida, lleguen a conocerlo y comprenderlo, pero sobre todo a que
descubran esa parte innata de EL en ellos mismos.
Jesús ya nos lo
dijo en cierta ocasión: "QUIEN SE CONOZCA A SI MISMO...CONOCERA AL
PADRE". Esa es la clave...¡Conocerse a sí mismo! y por ende...¡conoceré a
mi "hermano"!. Y si conoces a alguien, podrás "amarle". Si no le
conoces...no amarás. Y tu fe será ciega, tu amor un dogma, y la mayoría
de las veces...hacemos a Dios a nuestra imagen y semejanza. ¡El colmo de
la ignorancia!
Desde siempre, y todavía en nuestros días, hay
muchos que se claman "profetas, iluminados o contactados de las huestes
celestiales, y en sus mensajes y lenguaje solo hay juicio, crítica,
condena y la amenaza de la muerte definitiva para Dios, a todo el gènero
humano. Es cierto que vivimos en una humanidad muy compleja, donde hay
seres humanos de todas las evoluciones, vibraciones, polaridades...y
estamos mezclados. Aparentemente hay cierto caos...pero solo en
apariencia. Esta humanidad está en una Escuela. Esta realidad del Ser
reune todas las condiciones y circunstancias más propicias para que el
ser humano, "hijo de Dios", no lo olvidemos, pueda vivir su dualidad, y
con ella, sepa discernir, descubrir y experimentarse a sí mismo,
conocerse a sí mismo...y por lo tanto, conocer a su PADRE.
A esta humanidad le falta Dignidad...de la que carece precisamente por la ignorancia tan persistente que hay en ella.
Esta realidad puede ser una Escuela, pero como Ley INQUEBRANTABLE LA DIGNIDAD, el derecho de todo hijo de Dios.
Y desde la dignidad, que cada cual viva su dualidad como sienta y
desee. Solo así, de una forma consciente (y todavía el ser humano no lo
es en general) podrá hacer uso de libre albedrío. No puedes esperar de
un ser humano inconsciente que haga uso de su libertad, cuando está
todavía atado y bien atado por las cadenas de la ignorancia.
Todos
hemos pasado por los distintos niveles de evolución. Hemos conocido las
dos polaridades, porque solo así se aprende y se experimenta en esta
realidad. No podemos condenar a ningún hermano por el hecho de que esté
haciendo cosas o sea de una manera determinada, ya que nosotros mismos,
lo más seguro, lo hemos pasado y experimentado igual alguna vez. Y nadie
nos condenó, ni nos sometió a una segunda muerte...¡Menos mal que
nuestro PADRE, el verdadero, no es aquel a quien sus hijos han hecho a
su imagen y semejanza, a quien manifiestan...
Somos parte de EL. El
sabe que sus hijos están creciendo, que caerán muchas veces, pero se
volverán a levantar...sabe también que sus hijos entre ellos, se harán
daño...pero sabe también que a través de esos juegos violentos que les
provocan dolor y sufrimiento, al final aprenden, y descubren que su
Padre...es todo lo contrario, que es Amor, es Juego...pero con MAGIA.
Seamos un fiel reflejo de nuestro Padre. Amemos a esta humanidad a la
que hemos elegido experimentar, sin ninguna condición. Amémosla tal cual
es. Abracemos su ignorancia, sus caídas, su orgullo, su
prepotencia...porque esta humanidad está todavía en la
adolescencia...pero llegará un momento en el que pasará a una juventud
maravillosa...la juventud eterna, en la que el hijo caminará al lado de
su Padre, sabiendo quíen es...jugando...pero ya sin traumas, con Magia,
con Armonía, y con la ilusión e inocencia de un niño por aprender a SU
LADO.
No hay castigo, solo para aquéllos que nunca se han perdonado a
sí mismos, y por lo tanto no saben y no pueden perdonar a sus hermanos.
No hay infierno...solo en el corazón de los seres humanos que nunca se
han permitido amar. Pero todo llegará...
No hay demonios
tentadores...tan solo defectos, carencias nuestras que todavía están en
un nivel inconsciente, y somos manejados por ellos, pero son nuestros,
de nadie más. Y esos demonios...se diluyen en el momento en el que uno
se conoce a sí mismo, hace conscientes a esos demonios internos, les
imprega de la luz de la consciencia, y se transforman en fuerza, en
conocimiento...ESA ES LA VERDADERA ALQUIMIA.
Aquel que condena al
ser humano, condena la Creación. Aquel que señala a su hermano, está
señalándose a sí mismo. Aquel que acepta en su corazón la segunda muerte
para cualquier ser vivo...es que no ha conocido a Dios, y mucho menos,
al PADRE.
PORQUE EL PADRE ES AMOR.
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