martes, 27 de agosto de 2013

EL TECLADO DE TU VIDA


La mente humana está compuesta por dos partes: el subconsciente y el consciente, y podríamos compararla con una computadora pues tiene una pantalla, la cual simboliza la mente consciente. Tiene un banco de memoria, que es la parte donde se almacena la información, el disco duro, que simboliza la mente subconsciente. También tiene el teclado o centro de control, donde el operador oprime teclas o códigos de acceso, que son órdenes que aparecen en la pantalla. Así es exactamente cómo funciona el cuerpo humano. La mente consciente es como la pantalla. El subconsciente es donde los datos son almacenados y el área de su espíritu es donde está el teclado.
Antes que nosotros nos convirtiéramos en hijos de Dios, nuestra naturaleza carnal manejaba el teclado y controlaba nuestra mente, al igual que nuestro cuerpo. Éramos nosotros quienes manejábamos el teclado, éramos “señores” de nuestras vidas, podíamos ser buenos o malos, eso era algo que nosotros escogíamos. Pero de una u otra manera estábamos perdidos porque no habíamos aceptado a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Una vez que creímos lo que Jesús hizo en la cruz y lo aceptamos como nuestro Salvador, una nueva naturaleza vino a morar dentro de nosotros. Ahora tenemos dos naturalezas compitiendo por controlar el teclado, la vieja naturaleza y la naturaleza de Cristo. Por un acto de nuestra propia voluntad nosotros decidimos cuál de las dos controle el teclado. Nos sometemos a aquel a quien entregamos nuestro cuerpo para obedecer.
Lo que Dios anhela es que nos quitemos del teclado y se lo entreguemos a Jesús, y de esa manera permitirle que Él lo dirija. Si nosotros seguimos manejando el teclado, estamos limitados por nuestra propia habilidad y conocimiento de lo que es correcto e incorrecto. Pero si le permitimos a Jesús manejar el teclado, entonces Él será el “Señor” de nuestras vidas, nos dará las instrucciones apropiadas para cada situación que atravesemos y recordará sus preciosas promesas en determinados momentos de nuestras vidas. El es más experto en manejar el teclado de lo que jamás podría ser alguno de nosotros.
Si Jesús toma control del teclado, tenemos línea directa con el Padre, de modo que no estamos limitados a funcionar sólo con lo que ha sido puesto en nosotros sino que estamos capacitados para seguir aprendiendo todo lo Él quiere enseñarnos.Ha llegado el momento de permitirle a Dios tomar control absoluto de nuestras vidas, no sólo de algunas áreas. Dejemos que Él sea quien dirija nuestros pasos, estoy segura que nosotros seremos los más beneficiados.Seamos vasos dispuestos a ser usados por Dios.
 

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