Hace muchos años vivió en EEUU el Dr. George Washington Carver. Él descubrió muchas formas nuevas de cultivas el maní en los campos de algodón y de esta manera salvó de la pobreza a los granjeros.
Él era negro y había nacido como esclavo. Con mucha dificultad estudió y se convirtió en bioquímico.
Un día un amigo le preguntó: “¿Cómo hiciste para poder estudiar, si no tenías dinero?”
El Dr. George les respondió: “Yo aprendí solo a tocar el piano, entonces empecé a dar clases de piano y con el dinero que ganaba dando estas clases pude pagar mis estudios universitarios”.
El amigo muy sorprendido volvió a preguntarle: ¿Pero cómo pudiste aprender solo a tocar el piano?
Sonriendo el Dr. George le contó: “Todo lo que alguna vez quise hacer, se lo pedí a Dios y entonces fui capaz de llevarlo a cabo. Todo es muy simple, uno tiene que hablar con Dios”.
Nuevamente el amigo preguntó: “¿Cómo hiciste para buscarlo a Dios, cómo hiciste para hablar con Él?
Entonces el Dr. George le contó a su amigo: “Toda mi vida me he levantado muy temprano a la mañana, me iba a un lugar apartado ido y hablaba con Dios. En el silencio escuchaba Su voz adentro de mí. Yo le pedía que me guiara durante el día. Es más todavía hoy, antes de ir a mi laboratorio a trabajar primero hablo con Dios para que me guíe.”
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