jueves, 9 de marzo de 2017

Adicciones y medicinas para el Alma

Medicinas para el Alma.
Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha usado los recursos de la naturaleza para sanar, sin embargo nuestra sociedad lo ha transformado generando adicciones que enferman más al alma.

El Poder de las Plantas para Sanar

Muchas culturas han utilizado la propia alimentación y el poder de las plantas en su entorno con conocimiento de la salud que les podían proporcionar, sin embargo cuando la enfermedad se hacía latente en  un individuo era necesaria la figura de una persona especializada en la destreza de sanar, pues sabían que sanar no es solo reparar el cuerpo, sino también el conjunto, mental, emocional y espiritual.
Y así muchas veces, druidas, ermitaños, brujos, curanderos, chamanes, vivían en gran medida aislados del resto de la comunidad pues su misión les obligaba a estar en contacto con lo más sutil, a desarrollar un sentido extra que no siempre es compatible con vivir en sociedades donde la parte “racional” es la predominante, convirtiéndose en experimentadores, eruditos e incluso guías religiosos de sus pueblos.
La sabiduría de estas personas  no se la transmitían a cualquiera, en unas civilizaciones podría ser de padres a hijos, en otras el poseedor del conocimiento buscaba uno o varios discípulos, y en las más avanzadas, como pudo ser Egipto, en maravillosas escuelas del conocimiento a las que no todo el mundo podía acceder.
 Se le daba suma importancia desde la forma de recolectar la planta al momento de hacer cualquier preparado, contando cosas que hoy en día pueden parecer sin sentido, como si se recolecta de día o de noche, el tipo de luna, quien debe recolectar y en que terreno y un amplio etc. que varía según la cultura. Median todos los elementos: los físicos, los ambientales, los espirituales,  pues estas personas sabían de la unidad de todas las cosas, sabían que todo afecta y cualquier mínimo cambio puede tener su importancia.

Curar Las Emociones para Sanar

Ellos curaban el cuerpo, pero con la visión de sanar el alma del individuo, así sus medicinas eran administradas en el momento puntual y de la forma que todo el conjunto holístico del individuo enfermo pudiera reparar.
Nuestra sociedad actual ha estudiado sin duda el legado de la sabiduría de estas personas, pero lo ha hecho como es nuestra sociedad, solo dando valor a lo material, a lo que es captado por nuestros sentidos y así mientras estos pueblos conocían y conocen las plantas y los  efecto que causan sobre cuerpo y alma, nuestros científicos las han desmenuzado químicamente, conocemos sus efectos, la sustancia química responsable de ellos, sus efectos medicinales, lúdicos y también los perjudiciales. Sintetizando la sustancia que en apariencia es la que interesa, combinándola en muchas ocasiones con otras para dar lugar a una nueva sustancia más poderosa y en ocasiones perniciosa.
Es curioso en el estudio de las plantas casi todas indican que no producen adicción, sin embargo cualquier sustancia nuestra, produce adicciones tanto psíquica como física.
Hemos adquirido gran destreza sanar el cuerpo, como algo medible, sin dar la importancia a la emoción que ha podido llevar a esa enfermedad dejando incompleto el proceso de devolver la salud.
Y así la sociedad contemporánea adolece del mismo mal, continuamente damos solución a lo físico sin prestar atención a lo mental y emocional, el resultado es que vivimos en una sociedad enferma que usa las medicinas de nuestros ancestros o su derivados de forma constante, buscando en ellas un placer físico, sin auto observarse sin prestar atención a lo que le falta a nuestro alma.

Las adicciones Esconden una Emoción

Incluso llegamos a hacer un ritual, enmascarando las adicciones en un contexto social que todo el mundo realiza como necesario pues no es solo el individuo el enfermo, el inconsciente colectivo también lo está y así observamos grupos excluyendo o ridiculizando a quien no se une a este rituales de consumo de “medicinas para almas heridas” .
Comportamientos que  marcan una falta de algo anclada en el inconsciente individual o colectivo.
Para los que estamos en el camino de la auto-observación consciente, la biodescodificación nos puede ayudar mucho a conocer las carencias del alma.
¿Buscas la excusa de quedar con los amigos para emborracharte? El alcohol nos indica que quizás pesan mucho las responsabilidades, te sientes esclavo en tu trabajo o hay situaciones que te superan, quizás el miedo a afrontar situaciones negativas en el plano afectivo, por miedo a ser herido, en definitiva sientes el deseo de seguir siendo el niño irresponsable y no ser castigado y buscas el parvulario en un grupo con el que te relacionas en el que todos necesitan la misma medicina.
¿Fumas? Fumar puede significar que  busques sentirte seguro y acompañado, necesitas una muleta para funcionar o para relacionarte, necesitas reafirmar tu territorio.
¿Usas la Cocaína? Es muy probable que necesites buscar constantemente la admiración de los demás o expresar lo que no te atreves a expresar, puesto que la cocaína te desinhibe facilitando  la relación con los demás. Quiero recobrar mi pureza o aquello que ya no puedo generar más.
Fumas Marihuana o derivados esto es muy común en el adolescente  pues se busca a sí mismo, no sabe que vino a hacer sobre el planeta. Conflicto de identidad ¿Quién soy?
El Speed y muchas clases de pastillas te permiten actuar sin conciencia. Huida hacia delante tienes la necesidad de sentirte capaz de todo.
O quizás todo lo contrario usas tranquilizantes en cuyo caso es muy probable que te sientas separado de los demás, poco importante, necesitado de cariño.
Nuestros ancestros usaban a sus sabios para administrar cualquier medicina en el momento necesario, y la persona no se la dejaba tener acceso a estas medicinas pues eran parte de un proceso de sanación.
El mundo hoy encubre pero no sana las dolencias del alma con un acceso constante a derivados de aquellas medicinas tomadas sin control, y muchas veces sin conciencia de tener un alma herida, buscando solo satisfacción física en nuestros actos.
Espero que este articulo sea de tu ayuda, convencido de que …
TU LUZ ENCENDERÁ OTRA LUZ
Carlos de la Prida

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