jueves, 9 de abril de 2015

PIENSA BIEN Y ACERTARÁS


UN VERDADERO SER HUMANO ES QUIEN VE SIEMPRE LO BUENO EN LOS DEMÁS.

Después de que Buda se convirtió en renunciante, viajó a lo largo y lo ancho del mundo. La gente se maravillaba al ver su brillante y hermosa forma. Enamorada de su refulgencia, una dama llamada Ambashali, se acercó a él y le dijo:
“¡Oh, Grandísimo! Pareces un príncipe vestido de color ocre. ¿Puedo saber la razón por la cual estás vestido de renunciante a esta temprana edad?”
Buda replicó:
“Tomé el camino de la renunciación para encontrar soluciones a tres problemas. Este cuerpo, que es joven y hermoso, está seguro de volverse viejo en el futuro, de estar sujeto a enfermarse y, finalmente, a perecer. Yo quiero saber las causas de la vejez, de las enfermedades y de la muerte.” Impresionada por su búsqueda de la Verdad, la mujer lo invitó a almorzar. Al enterarse, la gente del pueblo empezó a acercarse a Buda. Uno por uno, todos le pidieron que no aceptara la invitación de Ambashali, pues ella era una mujer de mala conducta.
Cuando Buda terminó de oír pacientemente todas las quejas, se sonrió y le preguntó al jefe del pueblo:
“¿Tú también afirmas que ella es una mujer de mala conducta?”
El jefe del pueblo replicó:
“No una, sino mil veces yo aseguro el mal comportamiento de Ambashali. Por favor, no visites su casa.”
Sosteniendo la mano derecha del jefe del pueblo, Buda le pidió que aplaudiera. El jefe dijo que no podía hacerlo si no le soltaba la mano. “Es imposible aplaudir con una sola mano”, dijo.
Buda replicó: “De la misma forma, Ambashali no puede ser mala por sí misma... a menos que haya seres de mal comportamiento en este pueblo. Si todos en el pueblo fueran buenos, esta mujer no se habría vuelto mala. Los humanos y su dinero son los responsables de la mala conducta de Ambashali”. Dicho esto, Buda quiso saber si había alguna persona en esa reunión sin nada de malo en sí misma para visitar su casa a la hora del almuerzo. Nadie dijo nada. Buda entonces continuó:
“Cuando hay tantos hombres malos en el pueblo, no es correcto señalar con el dedo a una mujer. Ella se dañó debido a las malas compañías.”
Al advertir su falta, la gente cayó a los pies de Buda y le pidió perdón. Desde entonces, empezaron a tratar a Ambashali como a una de ellos. Inspirada por las enseñanzas de Buda, Ambashali tomó el camino de la renunciación y adoptó una vida piadosa. Ninguno es responsable de lo bueno y de lo malo de cada individuo. Cada uno es responsable por su propio bien o mal. ¿Quién es bueno, quién es malo? Primero eliminen lo malo en ustedes. Estén en compañía de los buenos. Es un pecado señalar a otros cuando existe una montaña de mal dentro de ustedes. El mismo sentimiento fue señalado por Jesús.
El ser humano todavía no se ocupa de sus innumerables faltas y, al mismo tiempo, magnifica los mínimos errores en los demás. De hecho, busca los errores en los otros, como lo harían miles de ojos. Este es el triste estado del hombre hoy. Al permitir que las malas cualidades penetren en su corazón, el hombre está perdiendo su verdadera identidad. La gente hoy está más interesada en encontrar faltas que en ver lo bueno en lo otros. Un verdadero hombre es aquel que sólo ve lo bueno en los demás.

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