Ser feliz
es el deseo natural de todos los seres humanos, sin embargo nos cuesta
convencernos que la felicidad no depende de lo que tenemos, sino que es
un estado de conciencia que te permite encontrarle el resquicio legal a
la vida, para ver en ella todo lo mucho que siempre nos está ofreciendo,
porque todo lo que nos ocurre, se nos da para alcanzar la meta para la
cual fuimos creados: ser perfectos como lo es nuestro Padre.
Cuando
nos comprometemos en matrimonio hacemos el voto ante la pareja de
amarla en la riqueza o la pobreza, la salud o la enfermedad ¿por qué
entonces no hacer lo mismo con la Maestra Vida, con la cual estaremos en
forma real atados hasta que la muerte nos separe? Sólo cuando se ama la
vida es posible ser feliz, porque al amarla estamos aceptando la
voluntad de nuestro Papá del cielo quien siempre, sin importar las
apariencias negativas, siempre va a desear lo mejor para nosotros porque
“Dios ama a cada ser humano, como un hijo individual.” y “este amor
acompaña a cada criatura a lo largo de todo el tiempo y de la
eternidad.”
Pero
para alcanzar esta clase de verdadera felicidad, es preciso crear en lo
más íntimo de nosotros, un estado de conciencia que nos conecte
constantemente con la armonía, porque ella es el fruto de un trabajo
serio y persistente de nuestras emociones y pensamientos positivos, que
han logrado tener el liderazgo sobre nuestro ser interno, a través del
auto dominio. Sólo cuando no hay contradicciones en nuestro pensar y en
nuestro hacer, es posible tener armonía
En
una orquesta hay muchos instrumentos, cada uno tiene su participación
en la belleza de la música, si uno solo desafina, se arruina toda la
melodía. Nuestra vida es algo similar… tenemos miles de cosas que hacer,
pero si no las sabemos hacer cuando y donde corresponde, nuestra mente
se desconcierta y en vez de armonía, obtenemos la prisa y la angustia
que hoy en día es tan común en el ser humano.
“
Puedes descubrir mejor los valores de los demás, descubriendo sus
motivaciones. Si alguien te irrita y te produce sentimientos de
resentimiento, debes buscar con simpatía el discernimiento desde su
punto de vista y las razones por las cuales actúa como lo hace.” “Una
vez que entiendes a tu prójimo, te vuelves tolerante y esta tolerancia
crecerá en amistad y madurará en amor.”
¡Qué
importante es aprender a demostrar nuestros sentimientos afectuosos.!
Aprender a decir “te quiero” con frecuencia y demostrar ese cariño con
un gesto, con una caricia, con un amail…Somos tan dados a criticar lo
que está mal. Pero que pocas veces alabamos lo que está bien, somos
mezquinos para resaltar las cualidades y los aciertos. Deberíamos
recordar que Jesús nos enseñó a “abandonar los esfuerzos por quitar algo
del corazón de los demás y que trabajáramos solo en poner algo dentro
de las almas hambrientas” Muchas veces la gente no tiene gestos de
ternura por timidez, por miedo a ser rechazados, o simplemente porque no
saben hacerlo, porque nunca han recibido un trato cariñoso, o peor aun
cuando a los hombres se les ha enseñado a no hacerlo, olvidando que “la
sensibilidad es un atributo valioso tanto en el hombre como en la mujer.
Es un grave error enseñar a los niños varones y a los jóvenes, que no
es varonil mostrar ternura, o de quejarse de los dolores físicos. No
hace falta ser duro para ser varonil. Esta es una manera errónea de
crear hombres valientes.”
De
la misma forma que la Armonía purifica el ambiente llenándolo de
serenidad y paz, las discusiones y los gritos lo enrarecen y atraen lo
negativo del prana que respiramos no solo nosotros, sino también nuestro
entorno. “Los sentimientos negativos, las emociones desbordadas,
conducen directamente a las acciones materialistas y a los actos
egoístas. En cambio el discernimiento religioso y las motivaciones
espirituales, conducen directamente a las acciones positivas, a los
actos de servicio social y de benevolencia altruista.” poque el
“aprender a amar a nuestros hermanos es una experiencia suprema de
nuestra vida.” pues la sensiblidad es una forma sutil del amor que sabe
recibir y que también sabe entregar amor.
El
mal genio, la dureza al dar órdenes, los gestos impropios, la forma
grosera o descalifificadora de hablar, son agresiones encubiertas, que
duelen tanto o más que una bofetada, porque hieren y destruyen la
autoestima de quien las recibe.
Todos
sabemos que vivimos en una jungla en donde hay que saber defenderse
para no ser devorados, pero la forma de hacerlo no es con la misma
moneda, dejando aflorar nuestro carácter explosivo y destruyendo el
equilibrio de la armonía. El que grita, es porque no tiene argumentos
para ser escuchado, así es que aprendamos a dominar nuestro carácter y a
ser conscientes del poder de la palabra, porque “ la lengua humana, es
algo que muy pocos hombres pueden domar. Pero el espíritu interior,
puede transformar este órgano poco dócil, en una dulce voz de tolerancia
y un instrumento para manifestar misericordia.”
El
autodominio es indispensable en esta lucha por sobrevivir en paz,
porque él nos da el discernimiento para tomar todo en su justo medio,
sin angustia pero tampoco con desidia, porque sabemos que recibiremos lo
mismo que hemos sembrado. Si nuestra vida está llena de resentimiento,
de odios, de pensamientos negativos, nuestra vida sólo podrá ser un
ruido molesto para los que nos rodean y para nosotros mismos. En cambio,
si nuestra mente está en una frecuencia de armonía, serenidad y
optimismo, entonces nuestra existencia será una hermosa sinfonía.
La
felicidad va siempre acompañada del entusiasmo por la vida y del
aprendizaje del desapego, de lo cual conversaremos en otra ocasión,
porque hay mucho que decir y aprender al respecto.
Basado en las enseñanzas del Libro de Urantia.
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