Buda buscaba la sencillez, puesto que consideraba que era inútil complicarse la existencia con conceptos infinitos y absolutos. Siempre es mejor que nos centremos en cosas más sencillas. Y de una manera fácil de entender y asumir pero profunda que nos hiciera pensar, lo transmitió.
Centrarnos en lo que está pasando realmente
A menudo nuestra mente divaga y nos andamos por las ramas cuando tenemos que enfrentarnos a un problema. Lo mejor es centrarnos en lo que está pasando en realidad.
Hemos de priorizar en el momento presente y adoptar una solución
definitiva para no vivir angustiados nunca más por ese problema.
Ir paso a paso y centrándonos en el presente
Un
viaje se emprende dando el primer paso. Por eso lo mejor es hacer una
cuidadosa valoración del momento actual en el que nos encontramos. Así
nos encaminamos paso a paso a disfrutar de cada día como si fuera el
último, olvidando pensamientos catastrofistas y evitando anticipar
problemas.
Permitir que nada influya en nuestro pensamiento y que haya fluidez
No debemos pensar en lo que nos pasa, tampoco en lo que nos pasará. Hay que vivir el momento presente,
ser agradecidos por lo que somos y por aquello que tenemos. De esta
manera conseguiremos alcanzar el equilibrio y eliminar el impacto al que
nos han sometido las experiencias negativas.
Elimina todo aquello que no necesites
En
general, muchos sentimientos, estereotipos, creencias, etc. no son
nuestros, sino que nos han sido inculcados. Por eso lo mejor es hacer
limpieza y erradicarlos. Elimina de tu mente los resentimientos.
El miedo por algo que ni siquiera sabes si ocurrirá, la angustia por si
alguna vez pierdes aquello que tienes… Vivirás el presente. Vivirás más
feliz.
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