El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los
problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor
hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el
esfínter anal interno, a ese nivel, hay un centro de energía muy
importante y, nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura
lumbosacra, esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos
terribles, y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.
Si
logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo
que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar
hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y
decirle "tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te
revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia,
eres parte de mi amor también".Cuando yo, a través de la respiración,
logro ascender esa energía del miedo, y logro trasmutarla al altar
del... corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y
puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.
Mi
resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis
articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño
apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir.
Pues bien, ese dolor articular,es resentimiento congelado en esa parte
del cuerpo.
Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi
sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi
resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la
energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi
sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo
ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no
tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.
Dr. Jorge Carvajal Posada
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