viernes, 11 de julio de 2014

CADA PENSAMIENTO CAMBIA TU BIOCAMPO ELECTROMAGNÉTICO

Las investigaciones de Konstantín Korotkov, doctor en Física y catedrático de la Universidad de San Petersburgo, confirman el biocampo, objeto psicofísico visible con imagen electrofotónica. Eso hace cada día la doctora Ana María Oliva, que ha llegado ahí tras una vida de búsqueda y experimentación, como explica en Lo que tu luz dice (Sirio), libro a la vez divulgativo e inspirador sobre esta frontera de la ciencia, que le ha enseñado a autorregularse modulando pensamientos y actitudes. Y la más saludable consiste en saber que estás aquí para algo…, y que es bueno.
¿Soy luz?

Materia implica energía, mesurable: frecuencias de onda, invisibles unas, visible otras… ¡Luz!Pues no me la veo.

Su intensidad es baja…, pero podríamos verla si nos entrenásemos.
¿El aura?

Un campo bioelectromagnético. Lo generan los intercambios eléctricos de nuestros átomos y células. Desprendemos biofotones.



¿Mi aura…? ¿Y qué ve en ella?

Vigila tu páncreas, tiroides, colon y aparato urogenital. Y veo triste tu corazón.

Vaya… ¿Es un método diagnóstico?

En Rusia está legalmente aceptado, aquí es sólo una técnica de evaluación del estado energético del organismo.

¿Qué cosas ha electrofotografiado?

Cuando un espermatozoide fecunda un óvulo, hay un estallido de luz. Cuando una bacteria muere, un relampagueo. Una señal violeta antecede a toda mitosis celular…

¿Y en el cuerpo?

Hay más desprendimiento biofotónico en enfermedades: el organismo está intentando corregir algo. He hecho experimentos sobre estas variaciones biofotónicas
¿Por ejemplo?

Si tu móvil recibe llamada, la señal interfiere en tu aura, la merma. Si te cuentan algo agradable, se compensa.

¿En serio?

Sorprendente: si empuñas un vaso con licor, tu aura se resiente. Si lo bebes, más aún.

¿Antes de beber… hay ya un efecto?

Sí. El campo energético del licor altera tu biocampo. Y si alguien te llama “imbécil”, altera también tu bioelectromagnetismo.
 
¿Lo ha observado?

Medido y fotografiado, ¡incluso si es un insulto sin intención de dañar!
 
¿Tanto poder tienen las palabras?

Yo antes era muy bruta: por inseguridad, me protegía con un lenguaje duro. Un día, parodiando y burlándome de los que hablan suave, empecé a decir “dime, amor”, “hola, cariño”, “bonita, cielo”… ¡Y… cambié!

¿Cómo cambió?

¡Se dulcificó mi carácter! Ahora llamo a todo el mundo “corazón”… ¡y me hago bien!

Y al otro también.

Si estás junto a una persona serena y armónica, ¡te sientes mejor! Lo habrá notado…
 
Lo noto ahora.

Escuchar una canción, ver un color, presenciar un telediario, lo que comes…, todo modifica tu biocampo. Y lo que piensas.

¿Ah, sí?

Lo que piensas influye en tu biología. Por eso es importante guiar tus pensamientos. Tu sistema de creencias te construye.

Un ejemplo.

“¡Mira lo que me ha hecho mi novia!”, se me lamentó un joven alumno. Me hinchó la cabeza tanto que medí su biocampo y se lo enseñé: muy alterado y dañado. Entendió: estaba dañándose con sus pensamientos.
 
¿Qué le había hecho su novia?

Colgar una fotografía sexy en internet.
 
Bah.

Es muy saludable relativizar tu sistema de creencias, distanciarte y parar de sufrir.

Ojalá fuese tan fácil.

Tras todo sufrimiento hay una creencia equivocada. Nos han enseñado que si alguien sufre…, sufras con él. ¡No! Así sólo duplicas el sufrimiento del mundo. ¡Intenta estar tú bien! Y, sereno, centrado, acude junto al que sufre. Eso sí puede ayudarle.

¿Quiérete a ti mismo, primer mandamiento del bienestar?

Sí. Ámate. Si amas, todo estará bien para todos. Si te gustas mucho haciendo algo, ¡ve por ahí, alimenta eso! Sé fiel a tu corazón. Eres único. Enamórate de ti. Brillarás. Y eso bendecirá a la gente de tu entorno.

¿Una sonrisa cura?

Si sonríes, todo te sonreirá. Cuando más te cueste, ¡sonríe!
 
¿Cómo es el aura de una persona saludable?

Armónico, homogéneo, sin grandes congestiones, fugas ni agujeros. Lo biográfico deviene biológico.

Pero si te sucede una desgracia…

Pues piensa que todo, aunque parezca malo, ¡es para que aprendas algo! Piensa que todo es para bien. Y lo será. Confía en la vida, y lo tendrás todo.
Bello consejo. Despídame con algún otro.
¡Haz lo que te haga feliz! Y entonces tu luz será muy bonita.
ANA MARÍA OLIVA, INGENIERA, DOCTORA EN BIOMEDICINA Y TERAPEUTA

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