miércoles, 12 de febrero de 2014

EL MAL QUE HACES QUEDA EN TI

Una mujer horneaba chapatis ( panes sin levadura en forma de panqué ) para los miembros de su familia y uno extra para algún viandante, lo colocaba en la ventana para que lo tomara quien quisiera. Todos los dias, un jorobado se acercaba por el chapati, pero en lugar de expresar gratitud, musitaba al alejarse las siguientes palabras:

El mal que haces se queda en ti.
¡ El bien que haces se te devuelve !

Esto le disgustaba mucho a la mujer. "Ni una palabra de gratitud", se decía. "¡y todos los días el jorobado repite su estribillo! ¿ Que querrá decir con él ?"Exasperada, un día decidió deshacerse de él. "Voy a librarme de este jorobado", dijo. ¿ Qué fue lo que hizo ? ¡ Le puso veneno al chapati que preparó para él !
Sin embargo, cuando lo colocaba en la ventana se dio cuenta de que le temblaban las manos. " ¿ Que estoy haciendo ? ", se preguntó.
Lanzó de inmediato el chapati al fuego y preparó uno nuevo, que dispuso en el alféizar. Como de costumbre. el jorobado llegó, retiró el pan y murmuró:

El mal que haces se queda en ti.
¡ El bien que haces se te devuelve !

Procedía en la forma habitual, sin saber, para su fortuna, que en la mente de aquella mujer se libraba feroz batalla.
Cada día en que ésta colocaba el pan en la ventana ofrecía una oración por su hijo, quien habia partido a un lugar lejano a buscar suerte. Pero hacía muchos meses ya que no recibía noticias de él. Así pues, ofrecía sus oraciones en bien de su seguro retorno.
Esa misma noche alguien tocó a la puerta. Al abrir, la mujer se sorprendió de encontrarse frente a su hijo, de pie en el umbral.
Había adelgazado. Sus vestiduras estaban desgarradas. Lucía hambriento y débil.
Al ver a su madre, le dijo: ¡Es un milagro que yo esté aquí, mamá! Cerca de casa sentí tanta hambre que me derrumbé. De no ser por un viejo jorobado que pasaba por ahí, habría muerto. Le pedí que me diera algo de comer, y me regaló amablemente un chapati completo. Al dármelo me dijo: " Esto es lo que como todos los días. Pero hoy te lo doy con gusto, porque tu necesidad es más grande que la mía."
Al oír estas palabras, la madre empalideció. Tuvo que apoyarse contra la puerta para no caer, Recordó el chapati envenenado que había preparado aquella mañana. Si no lo hubiese echado al fuego, su propio hijo lo habría comido, y habría muerto. Entendió entonces el significado del estribillo del jorobado:
El mal que haces se queda en ti.
¡ El bien que haces se te devuelve !

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