Engalanar nuestro hogar para darle la bienvenida al nuevo año es algo
que no debemos pasar por alto, pues con ello estamos invitando a la
armonía, la abundancia, la buena salud, la prosperidad, la felicidad y
el dinero a que lleguen y permanezcan con nosotros.
Para llamar a
esas buenas energías adornemos la mesa del comedor y la cocina con un
frutero donde no falten: nueve naranjas que representan longevidad y
larga vida en el dinero; un lozano gajo
de bananos amarillos que representan abundancia y prosperidad; ocho
granadillas: este número es el símbolo del infinito y la fruta contiene
muchas semillas que simbolizan la culminación de todas las metas
propuestas (si no consigue granadillas las puede reemplazar por
ciruelas, kiwis, fresas, duraznos o uchuvas); tres piñas, en
representación de las tres suertes: la suerte material, la suerte
celestial y la suerte humana; tres cabezas de ajo pintadas de dorado
para tener siempre dinero para contar; un bonito florero con flores
amarillas para llamar la buena salud y la armonía familiar. Las frutas
se pueden consumir a partir del segundo día del nuevo año.
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