Haz que todas
tus mañanas sean brillantes, llénate de optimismo, piensa que todo te
saldrá bien y no precipites los acontecimientos.
No te apresures a tomar decisiones, date tiempo para pensar.
No dejes que otro piense por ti, porque tú tienes tu propia personalidad.
Sé tú mismo, no dejes de serlo para complacer a otros.
No
busques amistades cuyos hábitos sean diferentes a los tuyos, pero si
tienes buenos amigos, disfruta de su compañía y de su amistad.
Comparte con tu familia, saca tiempo para compartir con ellos.
Nunca
trates de imponer tus propios criterios. Cada persona tiene derecho a
opinar y tu deber es oirla. Si así lo haces tu palabra cobrará más
fuerza.
Sé paciente con los demás, así demostrarás tu alto grado de madurez.
No desperdicies tu tiempo, pues el tiempo bien usado es un reflejo de tu carácter.
No comas con glotonería, sino para alimentarte. No lo hagas por llenar el vientre, sino por una necesidad.
Saca tiempo para meditar y aprende a contemplar toda la hermosura que Dios creó a través de la Naturaleza.
Respétate a ti mismo y verás que los demás te respetarán.
rESPETE LA NATURALEZA, ELLA LE PROVEE DE TODO EL ALIMENTO Y EL MEDICAMENTO QUE NECESITA, si va a tomar una parte de una planta, pídale permiso y agradezca, si va a tomar un fruto igualmente.
Esfuérzate cada día por ser un buen ciudadano útil en la sociedad.
Si
practicas estas reglas, seguramente serás en el Nuevo Año un ser humano
feliz porque con tu comportamiento estás aportando para una mejor
convivencia y podrás ser de inspiración para otros.
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