“Aunque Cristo nazca en Belén
mil veces, y no dentro de ti, tu alma se vera desamparada. Es en vano
que mires a la Cruz de Gólgota si en tu propio interior no se levanta."
La Navidad nuevamente está a las puertas, época que inunda de alegría y unión a los seres humanos.La opinión que cada uno de nosotros se forma de esta festividad es diferente a la de todos los demás....
Para el devoto religioso es una fecha santificada, consagrada y llena de misterio, pero no menos sublime porque no la comprenda.
Para el ateo es una torpe superstición.
Para el mero intelectual es un enigma, puesto que está fuera de la razón.
En las iglesias se enseña como, en esta noche, considerada por muchos la mas santa del año, nuestro Jesús el Salvador, inmaculadamente concebido, nació de una virgen.
No se da ninguna otra explicación y el asunto se deja al asentimiento o rechazo del oyente, de acuerdo con su temperamento. Si la mente y la razón dominan en el, con exclusión de la fe, si nada puede creer de aquello que no puede ser demostrado a sus sentidos en un instante determinado, se ve forzado a rechazar el relato como absurdo y fuera de consonancia con las diferentes inmutables leyes de la Naturaleza..
Se han dado diversas explicaciones para satisfacer la imaginación y la curiosidad de los interesados en el tema, especialmente de naturaleza astronómica. Se ha demostrado por ellas como, en la noche del 24 al 25 de diciembre, el sol comienza su ruta del Sur al Norte. El Sol es la "LUZ del Mundo".
El sol físico no es más que una representación del Sol Espiritual, del Cristo Sol. Cuando los antiguos adoraban al sol, cuando le rendían culto, no se dirigían propiamente al sol físico, si no al Cristo Sol, llamado también el sol de la Media Noche.
Así como el sol físico avanza hacia el norte del planeta para dar energía y vida a toda la creación, así también el Sol místico de la Media Noche (el sol espiritual, el Cristo Sol) nos da vida si aprendemos a cumplir las leyes que rigen el Cosmos.
En las Sagradas Escrituras, obviamente se habla del acontecimiento solar. Cada año en el Macrocosmos, se vive todo el drama del Cristo Sol.
El frió y el Hambre exterminarían inevitablemente a la raza humana si el sol permaneciera constantemente en el Sur. No es de extrañar, pues, que sea una causa de alegría cuando comienza su jornada hacia el Norte. Se le aclama entonces como el "Salvador", pues viene para "salvar al Mundo", para darle el "pan de la vida", toda vez que el hace madurar el grano y la uva.
De este modo "da su vida sobre la cruz (al cruzar el ecuador) en el equinoccio de primavera, comenzando entonces su ascensión al cielo boreal. En noche en que principia su viaje al Norte el signo zodiacal Virgo, la virgen celestial, la "Reina de los Cielos", esta en el horizonte oriental a medianoche, y es, por consiguiente, astrológicamente hablando, su "signo saliente". Así, pues, "Nace de una Virgen", sin otro intermediario y, por lo tanto, "inmaculadamente concebido".
En las sagradas escrituras se habla claramente de BELEM y de un establo donde el cristo nace. Ese establo está dentro de nosotros mismos, aquí y ahora..
Belem es un nombre esotérico. Bel es una raíz caldea que significa TORRE DE FUEGO. Cuando el Ser humano trabaja con el fuego sagrado, cuando elimina de su naturaleza íntima los agregados psíquicos, los denominados defectos de carácter o psicológicos, innegablemente pasa por una nueva etapa en su vida y el descenso del Cristo al corazón del hombre es un acontecimiento cósmico y humano de gran trascendencia.
Debemos entender que el Cristo no es un sujeto, no es una persona. El CRISTO está más allá de la Personalidad, del YO y de la Individualidad. El Cristo es el LOGOS SOLAR, representado por el Sol físico. Ahora comprenderemos por que los Incas, los Nahuatl, los Egipcios, etc. Rendían culto al Cristo Sol (no se trata de una adoración al Sol físico, sino a lo que se oculta detrás de ese simbolismo).
Inútilmente habría nacido Jesús en Belem, si no naciera también en nuestro corazón. Inútilmente habría muerto y resucitado allá, en la Tierra Santa, si no muere y resucita también en nosotros. El Cristo íntimo debe salvarnos, pero salvarnos desde adentro. Sólo el Cristo íntimo puede darnos vida y vida en abundancia, debemos pensar en el Cristo Interior.
Todo el simbolismo relacionado con el nacimiento de Jesús, es alquimista y Cabalista. “Mucho se ha hablado sobre el Cristo histórico, mucho se ha hablado sobre Jesús de Nazareth como gran mensajero, pero ha llegado el momento de pensar en el Cristo Interno. El Cristo es una realidad de instante en instante, de momento en momento. El Cristo Intimo es lo que cuenta. El puede transformarnos totalmente, él adviene a nosotros cuando el Egotismo muere”.
“El momento, en que la humanidad aprenda a comprender el Misterio Cósmico que encierra la Navidad sobre el nacimiento del Cristo Solar. Regresaremos nuestras miradas y nuestra conciencia hacia el fondo de nuestra alma y sabremos que solo allí podemos encontrarlo porque al CRISTO que tanto buscamos fuera yace dentro de nosotros mismos, esperando que lo reconozcamos.
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