La justicia Divina
Con Dios sucede lo mismo. El actúa siempre de la misma manera y depende de nosotros lo que llegue a nuestras vidas. Existen una ley (de causa y efecto o del karma) y un escenario para todos (la Tierra), mediante los cuales proyectamos en nuestras vidas una realidad acorde con la energía que emitimos. Si emitimos energía de oscuridad,recibiremos momentos oscuros. Si emitimos, por el contrario, energía de luz, recibiremos momentos de luz. Si proyectamos amor, recibimos amor. Si proyectamos miedo, crearemos situaciones de miedo. Pero en ninguna de las anteriores situaciones hay un proceso de juicio o sentencia de parte de Dios hacia nosotros. De ahí que cadaser sea el creador de su destino y que cada ser sea responsable de sus actos y de realizar un balance del aprendizaje obtenido de los mismos.
El poder de creación
La elección de lo que creamos día a día en nuestras vidas, es nuestra.
Cada uno tiene el poder de construir o destruir empleando dicho sistema. Cada uno tiene el poder de producir amor o producir odio a partir de ese sistema. Cada uno tiene el poder de generar amor incondicional o generar temor a partir de ese sistema. Y cada uno tiene el poder de crear para sí mismo o de cocrear con los demás a partir de ese sistema.
Y aunque puede ser claro que la vida está llena de matices y que nada es blanco o negro, el cuestionamiento sobre lo que estamos creando puede ser interesante a la hora de pensar en la consciencia y los sucesos que vemos pasar en el planeta. Y en ese orden de ideas puede resultar de suma importancia recordar que en cada uno de nosotros está presente el poder creativo de Dios.
Pero más que eso, es crucial que recordemos que podemos aprovechar más ese poder creativo de Dios en nosotros cuando intentamos elevar las emociones al corazón, así como bajar el pensamiento al corazón. Es crucial recordar que podemos crear pensando y sintiendo y actuando desde el corazón.
Namasté
Autor: André van Hissenhoven
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