El síntoma no es un monstruo al que debamos
eliminar, es sólo un sistema de alarma que se ha puesto en
funcionamiento, es una lucecita roja que se ha encendido, avisándonos de
que algo en nuestro interior no anda del todo bien.
De la misma
forma que tampoco hay que eliminar la fiebre, sólo controlarla, que no
sobrepase de los 40º. La fiebre en realidad nos cura, hace que el
metabolismo de todo nuestro cuerpo se intensifique de tal forma que
quema todas las toxinas, virus, bacterias o todo tipo de desechos
metabólicos que ensucian nuestro medio interno. La fiebre en realidad,
no sólo está acelerando el proceso de curación, sino que nos está
sanando.
Para curarnos lo que hay que hacer es investigar en nuestro
interior más profundo y buscar la causa de la enfermedad. Hay que
apartar la mirada del síntoma o de la enfermedad y buscar más allá. Ir
al origen, ir a la raíz del problema.
La enfermedad sólo tiene un
fin, ayudarnos a reparar nuestras faltas, errores o carencias. La
enfermedad en realidad es el camino hacia la curación. De hecho saca al
exterior lo que estaba escondido y oculto.
La enfermedad es el camino
hacia la perfección, porque nos mejora como personas (sino a la corta, a
la larga) y nos aporta una serie de valores que quizás antes no
teníamos. Si hacemos examen de conciencia, finalmente descubriremos la
parte positiva que nos aporta la enfermedad.Si realmente queremos
curarnos, deberemos sincerarnos con nosotros mismos y llevar estas
faltas o carencias a nuestra conciencia, reconocerlas como tal.
Muchas
veces el problema no es tener faltas, defectos o carencias, sino no
darse cuenta de ellos. Reconociéndolos, tenemos hecho la mitad del
camino.
Todo el mundo ve los defectos de los demás, pero ¡que difícil es ver nuestros propios defectos!
Muchas
veces las personas con las que interactuamos, son espejos de nosotros
mismos. Aunque nosotros nos veamos muy diferentes a ellas, en el fondo
no lo somos.
La sinceridad para con uno mismo es una de las más difíciles peticiones que nos podemos hacer.
El síntoma y la enfermedad ponen en evidencia cuestiones reprimidas y mantenidas ocultas, y por tanto nos hacen sinceros.
El ser humano tiene que aprender a comprender lo que la enfermedad viene a decirle.
Cada
trastorno, molestia o síntoma que ocurre en nuestra vida significa que
hay una necesidad no cubierta. Debemos descubrir cuales son esas
necesidades.
Y descubrir las pautas mentales causantes, la mayoría de
las veces suelen ser rabia, crítica, auto-crítica, resentimiento,
culpa, problemas afectivos, agresividad sin canalizar, problemas
sexuales y todo tipo de pensamientos y emociones negativas.
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