Cada enfermedad o
dolencia tiene un tratamiento específico de consciencia. Dicho tratamiento
consiste en una poderosa oración transmutante de energía; es decir, de
consciencia. Pronúnciela en voz alta, tres veces al día, añádale recto pensar,
recto sentir, hablar y actuar, limpieza del hígado y cualquier enfermedad se te
va. Cualquiera es, cualquiera.
Jesús cogía a la gente
le pasaba la mano por la cara y le volvía la visión... a los mudos, les
devolvía el habla... Y siempre decía: no peques más. No pecar es sinónimo de no
transgredir las leyes naturales, de salir de la ignorancia... no pecar es:
hablar bien, pensar bien, sentir bien y actuar bien. Acordémonos que toda
dolencia física a nivel corporal, representa una parte inarmónica dentro de mi
propia estructura energética.
La vida, nos cuadra
a todos, de maneras distintas. A unos, en el cuerpo; a otros, en el dinero; a
otros, en la familia; a otros, en las relaciones interpersonales. Todos estamos
siendo tallados por un Orfebre Majestuoso ¡Y no nos hemos dado cuenta! todos
estamos siendo labrados en el crisol de la sabiduría del universo ¡Y seguimos
renegando! cuando no somos capaces ni siquiera, de cepillarnos una lengua, ni
de limpiarnos un hígado... Renegamos y cambiamos de religión...
- Y este muchacho... y este muérgano... y
este tal... y este yo no sé qué...
Y renegamos, y
renegamos, y maldecimos, y criticamos, y rajamos, y nos comemos unos a otros...
Y no sabemos que todo lo que nos rodea, en esencia – lo que llamamos:
negativo-, no son más que oportunidades de mejoramiento personal, de triunfo,
de crecimiento energético y espiritual. Demostrarnos que no somos nada, que
somos fungibles, que somos perecederos y que somos desechables.
Esta oración dice así:
“En la infinitud de la vida donde estoy, todo es perfecto, completo y eterno. Reconozco que mi cuerpo, es un buen amigo.
Cada una de mis células contiene la inteligencia divina.
Yo (se pronuncia el nombre completo incluyendo apellidos) escucho lo que me dice, sé que su consejo es válido.
Estoy siempre a salvo bajo la guía y la protección Divina y elijo vivir en salud y ser libre.
Yo (se pronuncia el nombre completo incluyendo apellidos) doy gracias al Padre, porque mi salud total y plena es un hecho”.
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