Para dar un salto cuántico, necesitamos líderes que hablen de consciencia. Solo a través de la consciencia, a través del espíritu, con argumentos sólidos es que vamos a poder dar ese salto y acercarnos más a la dicha y a la Gracia del Padre. Y esa tarea, nos corresponde a todos nosotros.
Para engendrar un hijo: tener consciencia. Para dar un beso: tener consciencia. Para tener sexualidad: hacerlo con consciencia de amor... Porque el cuerpo, nunca va a olvidar. El cuerpo, es el reflejo de la consciencia. Dime cómo es tu cuerpo, y te diremos, como es tu consciencia. Eso es otro tema fascinante: la corporeización conciencial del alma, hecha visible, es lo que llamamos cuerpo. No lo ofendas, no lo chuses, no lo operes, no lo maltrates, no lo envenenes, no lo sometas a presiones que el mismo te está diciendo: “No”. Duerme, cuando sientas sueño...come, cuando tengas apetito... ve al baño, cuando tengas necesidad de hacerlo...Conoce tu ciclo sanguíneo, conoce tu pulso, conoce tu temperatura, conoce los latidos del corazón. Cuando estreches la mano del alguien, siéntele la temperatura y a través de su mano, siente si tú le subes, o le bajas, la energía a esa persona. Siente la voz de los demás, con los ojos del alma. Deja de creer lo que dicen los libros... ahí no hay nada. Todo está en tu corazón. Todo está en la esencia de tu alma. Cierra los ojos, y dile a tu cuerpo: “A partir de hoy, quiero ser tu amigo”... dile que quieres despertar la infinita sabiduría que Dios puso en ti, para que te guíe, a través de manifestaciones corporales. No pidas consejos, pídeselos al Supremo, pídeselo a tu consciencia; porque la opinión y las emociones, son los más engañosos porque son hábitos mal acostumbrados... Te invito a que bucees en tu consciencia... a que nades en lo más hondo de tu espíritu... a que te mueras dentro de ti, y a que vuelvas a nacer dentro de ti.
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