jueves, 23 de noviembre de 2017

*Antigua oración de gratitud de los Esenios que abre las puertas a la salud física y mental.*

Hemos olvidado nuestros orígenes y abandonado la conexión con la naturaleza, de ahí nacen la mayoría de nuestros males físicos y mentales. y es nuestra fuente primigenia de armonía y dicha. Muchas enfermedades podrían desaparecer al reconectar con la fuente de la vida.

Los Esenios, descendientes directos de Moisés, y un pueblo de gran sabiduría tenían esta bella oración para dar las gracias y manifestar su amor a la tierra. Son bellos ejercicios compatibles con nuestra vida actual. Pronunciar la palabra ‘gracias’ purifica y libera, nos desapega, nos da confianza y nos abandonamos, aceptamos la vida. Una forma radicalmente diferente de existir.

*Párate en medio de la naturaleza viviente, entre el cielo y la tierra.

*Siente la tierra bajo tus pies; siente como la tierra te carga y te sostiene.

*Siente el cielo infinito sobre ti; te inspira, te mejora, te eleva.

*En el cielo, piensa en el origen de tu espíritu y de tu inteligencia.

*En el cielo, piensa en el origen de tu alma eterna, de la más elevada conciencia universal.

*En la tierra, piensa en el origen de tu alma terrestre, en tu conciencia individual.

*Siéntete como una unión viviente entre las fuerzas del cielo y de la tierra, del infinito y de lo que está en desarrollo.

*Arrodíllate en la tierra, y con tu mano derecha cava un pequeño hoyo en la tierra.

*Coloca las dos manos juntas sobre tu pecho (el corazón místico), en señal de oración y de unión interna con el cielo y la tierra dentro de ti.

*En esta postura sagrada, permite que una hermosa luz, la fuerza, la presencia del cielo, fluya a través de ti: el omnipresente Padre de todos los seres vivientes. Imagina una luz diamantina, transparente como el agua pura.

*Inclínate con amor sobre la Madre Tierra, y coloca tus manos alrededor del pequeño hoyo. Inclínate sobre la tierra y coloca tu boca entre tus manos.

*Ofrécele con tus palabras a la tierra el agradecimiento del cielo a la Madre Tierra; ofrécele también el agradecimiento de tu corazón y, a través de ello, del corazón de la humanidad.

*”Madre Tierra, yo te ofrezco mi agradecimiento con todo mi corazón, y a través de él del corazón de todos los hombres y las mujeres. Que todos los seres que llevas en tu seno protejan, nutran y bendigan todo lo que crece.”


*Acuéstate después sobre la tierra y abandónate sobre ella. Que tu cuerpo y tu alma nacidos de ella sean uno con la Madre Tierra y su oculto esplendor.


*”Madre Tierra, elimina todas mis enfermedades y mis faltas según tu voluntad, para que pueda recibir la bendición del espíritu divino y trasmitirla a todos los seres vivientes, según tu voluntad”.


*Mantente en comunión, en silencio, mientras dejas que la tierra te purifique completamente.

*Ponte nuevamente de rodillas y coloca tus manos frente a la rosa solar del corazón.

*Piensa en tu espíritu, siente tu alma, y di con tu fuerza vital:

*”Con amor y gratitud,


*Te ofrezco mi amoroso agradecimiento lleno de luz.

*A la Madre Tierra, gracias;

*A agua de la vida, gracias;

*A precioso aire, gracias;

*A fuego sagrado, gracias;

*A los minerales, gracias;

*A las plantas, gracias;

*A los animales, gracias;

*A la humanidad que camina por el sendero de la evolución, gracias;

*A todos los ángeles, gracias;

*A la inteligencia cósmica que creó mi pensamiento, gracias;

*Al océano de amor que creó mi sensibilidad, gracias;

*A la vida universal que impregnó mi futuro con la semilla de la individualidad, gracias;

*A todos los seres del mundo, doy las gracias en Él, la única Fuente que unifica a todos los seres en su origen y propósito”.

*Cruza los brazos sobre tu pecho, inclina ligeramente tu cabeza, y pronuncia la palabra de cierre: “Amen”.

*Entonces, rellena de nuevo el agujero que cavaste para hablar con la Madre del mundo.


Publicado por “Liv Jiwan Kaur”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario