viernes, 12 de diciembre de 2014

UN NUDO EN LA SÁBANA


ESTA IMAGEN ES UNA PINTURA  DE 30 Mts cuadrados HECHA PARA                             MANIMEZ, el pesebre no es parte de la pintura.

Una maestra pidió, en una junta de padres, que éstos apoyaran más a los hijos. Que pasaran más tiempo con ellos, y que les dedicaran más atención durante la semana. Entonces uno de los padres se levantó para explicar, en forma humilde, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana: cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo, cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Y tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento familiar.
Dijo también que se sentía tan angustiado por no tener tiempo para su hijo que todas las noches, aunque el pequeño estuviera durmiendo, él iba a darle el beso de buenas noches y, para que supiera de su presencia, hacía un nudo en la punta de la sábana. Eso sucedía todas las noches. Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía que su papá había estado allí. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.

La maestra se emocionó con aquella historia, y más aún cuando supo que el hijo de ese padre era uno de los mejores alumnos de la escuela. Hay muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros. Aquel padre encontró su forma, que era simple pero efectiva. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo, lo que su papá le estaba diciendo.

Algunas veces nos preocupamos tanto con la “forma” de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento. Simples detalles como un beso y un nudo en una sábana significaban, para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías. Para que exista la comunicación, es necesario que las personas “escuchen” el lenguaje de nuestro corazón…

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