miércoles, 10 de julio de 2013

SOMOS ESCLAVOS DE NUESTROS TEMORES


En un lejano pueblo, un día, un hombre fue hecho preso por ordenes de quien gobernaba ahí. Fue confinado a un oscuro calabozo, al que se entraba por una gran puerta, que hacia mucho ruido al abrir y al cerrar. El carcelero, traía a la vista una gran llave colgando, que el prisionero asumió que pertenecía a esa puerta, lo que hacia imposible tomarla sin que se diera cuenta.

El preso, pasó 20 años de su vida en ese lugar. Todos los días, el carcelero, abría la puerta y dejaba la comida y bebida del día para el prisionero, volviendo a cerrar la puerta.

Después de todo ese tiempo ahí, nuestro protagonista decidió que no quería permanecer mas..pero no quería suicidarse, por lo que pensó que seria mejor atacar al carcelero cuando llegara para que este a su vez, lo matara en represión.

Para estar bien seguro de lo que haría..por primera vez en 20 años, se acerco a la puerta para estudiarla y al verla, no daba crédito a lo que veía..la puerta no tenia candado alguno, solo tenia un grueso pasador que era el que hacia ruido cada vez que la abrían o cerraban.

Empezó a recordar que jamas vio al carcelero usar la llave, ni se acordaba de que alguna vez hubiera habido candado alguno.. abrió la puerta…y salio..no vio a nadie en todo el camino..al salir a la luz del día…nadie intento detenerlo…fue avanzando y avanzando.. hasta que se dio cuenta de algo..era libre…y durante esos 20 años.. había tenido la misma posibilidad de serlo...

Lo que lo mantuvo encerrado no era un candado..era su creencia de que existía un candado que lo detenía..fueron sus miedos los que le arrebataron años que jamas recuperaría…

Así nos pasa a nosotros…cuantas veces no somos prisioneros de nuestros miedos y esperamos algo que nos libere..cuando siempre hemos sido libres…

Cuantas veces no se tiene todo, pero en el fondo no se tiene nada. Una cárcel es la perdida de la libertad en cualquiera de sus formas. Las cárceles pueden llamarse miedo a vivir, miedo a cambiar, miedo a crecer, miedo a confiar, miedo a arriesgarse, miedo a perdonar…

Trata de ver que es lo que te mantiene preso en tu cárcel…y abre esa puerta…veras que podrás disfrutar los años que te restan en armonía contigo mismo y con tú entorno.

Libérate de esas cadenas que tu mismo(a) te auto impusiste!!! se libreeeeeee!!!! y bajo ninguna circunstancia permitas que alguien que se dice cercano a tí, coloque en tus manos sus propias cadenas a fin de que tú se las ayudes a cargar. NO son tus cadenas no te pertenecen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario