Cuando el corazón
se canse de sufrir y la voluntad de batallar y el alma de esperar date
una tregua…También las hojas cabecean ante el calor del sol y la lumbre
se hace brasa, y las estrellas se ocultan, los pájaros se duermen y el
paisaje se desvanece.
No pares el motor de tu vida...dale una
tregua. No para desistir sino para reponerte… No para claudicar sino
para reparar fuerzas. No para quedarte parado sino para revisar detrás
de tu horizonte y a empezar a configurarte y a planear detrás de la
tregua.
El agobio es un polvo que asfixia; la
fatiga una niebla que ciega; las tensiones, un estirar que explota; la
falta de tiempo un desasosiego que acelera; los contratiempos diarios,
pequeños impactos que enervan…
Cuando se acumule mucho sobre tus nervios
y tu resistencia,…Date una tregua. Pero no desistas, no te amargues, no
te destruyas; aunque cueste seguir en pie, date una tregua, pero vuelve
a crecer, vuelve a cosechar, a luchar, vuelve a la brega diaria.
Si tienes capacidad para el amor, gratitud en el alma; voluntad para servir, alcance en la inteligencia…de TI mismo, brotará la recuperación y mas allá de las fronteras que vives ahora, verás florecer de nuevo tu VIDA. Levantarse de nuevo tu árbol y agigantarse de nuevo tu figura. Por alguna de esas corrientes volverá a fluir el deseo, las ganas, el impulso…Llevas dentro de TI el manantial, la fibra, el motivo que te hará decir:
Si tienes capacidad para el amor, gratitud en el alma; voluntad para servir, alcance en la inteligencia…de TI mismo, brotará la recuperación y mas allá de las fronteras que vives ahora, verás florecer de nuevo tu VIDA. Levantarse de nuevo tu árbol y agigantarse de nuevo tu figura. Por alguna de esas corrientes volverá a fluir el deseo, las ganas, el impulso…Llevas dentro de TI el manantial, la fibra, el motivo que te hará decir:
Derrumbamiento y Derrota…NO
Esfuerzo y Creer en Dios…SI
Esfuerzo y Creer en Dios…SI
Pon tus alas sobre
la cabeza, pero déjales espacio para remontarse; pon tus sueños en los
pies, pero dales un largo recorrido de huellas divinas; pon tus
ambiciones en la tierra, pero mirando el cielo y poniendo la meta en
alguna estrella encendida.
Ponte Tú, en las manos de Dios; date una
tregua para nivelarte en Cristo y de pronto…encontrarás que la vida
tiene muchas bellezas y bendiciones a diario, que sentirás un gran deseo
de VIVIRLA.
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