Cuando
las águilas envejecen su pico es largo y puntiagudo, se curva,
apuntando contra el pecho, sus alas están envejecidas y pesadas, y sus
plumas gruesas, volar se hace ya tan difícil que entonces el águila,
tiene dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de
renovación que durará 150 días, 5 meses.
Acaso no sentimos a veces como las águilas que nos faltan fuerzas para continuar ?
Ese
proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí
en un nido cercano a un paredón donde no tenga la necesidad de volar,
después de encontrar ese lugar, el águila empieza a golpear su pico en
la pared hasta conseguir arrancarlo, luego debe esperar el crecimiento
de uno nuevo, con el que desprenderá una a una sus uñas, hasta que estas
vuelvan a nacer, comenzará a desplumar cada una de sus viejas plumas y
después de ese tiempo sale para su vuelo de renovación a vivir
aproximadamente 30 años más.
En
nuestras vidas muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y
comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria.
Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos
causaron dolor. Dejemos de alardear respecto a que no necesitamos
renovarnos, cambiemos primero nuestra manera de pensar y entonces
comprenderemos que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta
para nuestra vida.
Ensayemos
a buscar el vuelo alto de las águilas para remontar otros cielos y no
el vuelo rastrero de los loros que no hacen sino repetir todo lo que el
mundo quiere que repitan. Es un problema de visión...debemos vernos como
Dios nos vé y aceptar los buenos planes que Dios tiene para nosotros.
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