viernes, 3 de junio de 2016

LA SANACIÓN ESPIRITUAL - 1 -



Cada tipo de enfermedad se encuentra asociada
con una particular forma de ser. Hay un tipo de
personalidad que se relaciona con padecimientos
cardiacos, otro con cáncer, otro con la miopía. En
estos casos, la forma de ser de la persona está
relacionada con un estrés, que llega al nivel físico
manifestándose como un síntoma.
Para eliminar un síntoma es necesario eliminar la
forma de ser con la que ese síntoma estuvo relacionado y que, de hecho, lo creó. La liberación del estrés de la consciencia de la persona permite que ésta tenga percepciones diferentes y una distinta forma de ser. De esta manera habrá un cambio en la naturaleza de la burbuja, es decir, en el filtro perceptual a través del cual vemos el mundo. En otras palabras, dado que nuestras percepciones crean nuestra realidad, cambiaremos de
una burbuja a otra, de una realidad a otra, de un
paradigma a otro.
Así, podemos afirmar que el proceso de curación
implica un proceso de transformación. De acuerdo con la recuperación de una terrible
enfermedad siempre va acompañada por un cambio en la forma de ser del sujeto. O uno cambia, o continúa sufriendo síntomas hasta el día de su muerte. La persona que cambia será capaz de ver las cosas de manera diferente y notará que todo sucede de un modo distinto a como ocurría antes. Esa persona tendrá la capacidad de definir diferentes creencias a través de diferentes experiencias. O bien podrá primero definir creencias diferentes y luego tener experiencias diferentes.
Lo importante, en cualquier caso, es eliminar las
antiguas percepciones basadas en experiencias
anteriores, si es que dichas percepciones produjeran
tensiones en la forma de interactuar con el entorno.
Un método para llevar a cabo esta reprogramación, es decir, la modificación de la percepción, es considerar el tiempo como una posible influencia deformadora de nuestros programas internos
y de nuestras percepciones y decidir que las
experiencias negativas del pasado no prejuzgarán el
positivo punto de vista del presente.
Por ejemplo, una persona puede tener un
programa en su biocomputadora humana que dice:
«¡Cada vez que veo a esta persona, me duele la
cabeza!». Por consiguiente, si aparece dicha persona, esperará también el dolor de cabeza, con lo cual el individuo tiene la oportunidad de reafirmar su verdad, el programa que él considera como verdad, y por lo tanto, que para él es verdad. Por desgracia, el
programa siempre termina en dolor de cabeza, así que, aunque el programa sea muy eficiente y eficaz, el resultado es algo desagradable.
Para eliminar el programa que todavía se
considera como verdadero, lo que uno puede hacer es concebirlo como algo cierto, pero en el pasado. En
consecuencia, el programa diría: «Cada vez que veía a esa persona, me dolía la cabeza; pero la próxima vez puede ser diferente. Tal vez la otra persona se haya dado cuenta del error de su actitud o tal vez haya evolucionado, o bien se ha transformado (es siempre un cambio en la otra persona). La próxima vez veré lo que sucede y cuál es ahora la verdad».

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