No todo el mundo es capaz de sentir el placer de ser feliz en las circunstancias más difíciles, que es de lo que se trata, porque en el caso contrario no tendría mérito, ya que el hombre está diseñado para que nada altere su condición de ser un espejo que refleja la vivencia del otro y todo lo que no le resulta de su agrado lo rechaza porque no lo quiere ver en él.
El significado de la palabra “alegría” está por encima de la emoción, que es un mecanismo reflejo de una situación placentera que se vive de manera automática sin ser consciente de lo que supone estar en ese estado vibracional. La alegría de vivir, por ejemplo, se podría resumir en dos palabras que son el resultado de un trabajo que se lleva a efecto en los niveles internos y se llama Amor a la vida tal y como se presenta, dejando de lado el egoísmo de sentirse víctima de las circunstancias que se han elegido para sobreponerse a la inercia de la sombra.
La pesadumbre de la decisión de no ser feliz se enquista en el alma para que no pueda salir adelante en su propósito de vida y se materializa en situaciones penosas que hacen al individuo vulnerable a los ataques de los demás, a los que no puede ver como aliados en el nivel del alma sino como enemigos en el plano de conciencia de percepción limitada.
La emoción de la alegría se convierte en un obstáculo para quien no la quiere ver y disfrutarla porque en ella todo es luz y no se deja engañar por las apariencias de lo que no es real, ya que en el momento de sentirla lo demás desaparece de la vista y solo se ve lo que hay detrás, que es nada más que el Amor a Todo lo Que Es.
El Amor a todo lo Que Es incluye lo bueno y lo que llamamos malo sin distinción y no se anda con rodeos a la hora de calificar, porque no existe el juicio para él y no se deja amedrentar en el Espacio Sagrado del corazón, en el que no se califica nada como de bueno o de malo y se siente Amor por todo.
La zona de confort de la alegría se limita al resultado de lo que se vive como experiencia positiva sin más, sin tener en cuenta el proceso que se ha llevado a cabo con anterioridad y eso es lo que ocurre en circunstancias similares en las que no se prevé el desenlace. Pero algo diferente se da en el caso en el que se deja de lado el resultado y se pone el énfasis en la decisión inicial, que se podría considerar como iluminada desde la Luz del Alma para que no se produzca error y sea para el mayor bien de todos.
El problema que existe para cada uno de los seres humanos a la hora de manifestar la alegría, es que con el resultado a favor se deja de ver el otro lado de la experiencia y pasa desapercibido el complemento en su energía de luz y podría ser que se diera el caso de que el otro lado fuera aún mejor de lo que se hubiera imaginado. Y así por ejemplo, tenemos el caso de alguien que acertó el número de la lotería nacional en su premio máximo y por no pararse a pensar en qué es lo que podría haber obtenido como beneficio si ese dinero se manifestara en luz, dejó de ver la ganancia real del dinero que le había tocado.
El deseo de ser rico
La necesidad de poseer cantidades ingentes de dinero para ser feliz, es una de las características del ser humano que no se conforma con lo que tiene y se dedica a acumular riquezas en aras de una vida mejor. Pero cuando le llega la hora de la muerte, nada de lo que ha conseguido atesorar le resulta de utilidad en el otro lado y se da cuenta de que se ha desperdiciado toda una vida sin haberse preocupado de nada más.
El deseo de acumular riquezas para conseguir la felicidad, no es el camino directo hacia ella sino más bien al contrario, en el sentido de que lo que se hace sin un fin específico de ayuda a los demás, deja de tener valor a los ojos de Dios y se convierte en basura energética que se vuelve en contra de su propietario. Cuando el valor del dinero no se corresponde con su contenido equivalente en luz, se desentiende de la persona que lo tiene sin apreciarlo en lo que es y se marcha de su lado para ver si así recapacita y se compromete a valorar lo que tiene como riqueza espiritual.
La materia de luz que hay detrás del dinero se descompone cuando no es utilizado en la misión que se ha venido a realizar, así como no se le permite tampoco salir a la luz de su encierro en el banco hasta que no haya alguien decidido a utilizarlo para traer Luz al mundo. La consecuencia de la decisión de no ser rico en dinero hasta no haber alcanzado la riqueza espiritual, se muestra en el aura como un Ser de Luz de grandísimas proporciones, que se dedica a ayudar a quien lo porta controlando el dinero que gana para que no se eche a perder el propósito de su Alma y se confunda en el camino de conseguir la felicidad a base de dinero.
La única felicidad que es posible se relaciona con la alegría del corazón del que sabe lo que hay detrás de Todo lo Que Es y se manifiesta en riqueza espiritual y material cuando le llega el momento de disfrutar de ambas en la unidad del alma que no conoce la separación del otro.
AUTORA: Asunción Chavarri, redactora de la gran familia hermandadblanca.org
www.elcuerpohumanodequintadimension.com
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