Si una mujer ha tenido hijos de un
hombre del que no estaba enamorada, tal vez una nieta no pueda quedar
embarazada aunque ella y su pareja estén sanos. Si a una persona le
dieron una medicina de manera equivocada y falleció, es posible que
algún descendiente sea alérgico a esa medicación. Con estos ejemplos, el
psicólogo español Enric Corbera, asesor en
BioNeuroEmoción (BNE), ilustra de qué manera la historia familiar y las
emociones inducen comportamientos y también la aparición de
enfermedades.
La clave para curarse, sostiene, es llegar a la emoción oculta que genera el conflicto y desencadena la enfermedad o la desarmonía. En ese momento, asegura, se produce la toma de conciencia
y con ella, la sanación. Sin embargo, aclara que la BNE no es una
terapia, sino un método de consulta para que la persona pueda encontrar
un equilibrio en su vida. Desde esta mirada, la salud se entiende como
la coherencia entre lo que se siente, lo que se piensa y lo que se hace.
Conciencia para sanar
Corbera
ha sido conocido por muchos a través de sus videos en YouTube y también
de sus publicaciones. En un primer momento se abocó a la
Biodescodificación, centrada en la relación entre los códigos que están
en el inconsciente y la Biología, pero luego viró hacia la
BioNeuroEmoción, para vincular Biología, Neurología y Emociones. Además,
parte de una visión cuántica de la vida, según la cual todo lo que
rodea a una persona ha sido atraído por programas inconscientes.
El método parte de un diagnóstico, ya
sea un síntoma físico o un aspecto social (la persona no logra conservar
un trabajo, fracasan sus negocios o no puede formar una pareja). A
partir de eso, se trata de llevar al consultante a la situación
activadora -olores, temperatura, con quién está, cuál es la crisis en
ese momento- que genera que el incidente se repita.
Enric Corbera explica que, una vez que
se identifica esa situación activadora, se buscan la historia oculta y
la emoción reprimida. Pero también se indaga en el árbol genealógico
“dónde está esa información que está resonando en la persona”, es decir,
el antepasado a quien le ocurrió algo similar o vinculado. Sobre esto,
hace hincapié en los secretos familiares, como las violencias o los
embarazos no deseados. De todos modos, aclara que no todos viven las
mismas historias del mismo modo y que detrás de un diagnóstico idéntico
puede haber conflictos muy variables.
Cuando la persona toma conciencia de la resonancia en su árbol genealógico,
del programa que subyace a su modo de actuar, se sana. Pero Corbera
resalta que “tomar conciencia no es entender”, sino algo así como una
“caída de ficha”, lo que genera una nueva conexión neuronal. Y luego
resta la parte fundamental: llevar a la práctica ese cambio. Se trata en
definitiva de cambiar las creencias irracionales y
limitantes que impiden llegar a esa coherencia entre el cerebro y el
corazón, entre “lo que yo pienso, lo que yo siento y lo que yo hago”.
El método apunta, precisamente, a que
las personas entiendan el poder que tienen para cambiar su propia vida.
Pese a eso, lejos de desestimar la medicina tradicional, indica que en
el momento de reparación suele producirse una agudización del síntoma
físico, que hace necesaria la utilización de medicamentos por un tiempo,
hasta que sana.
Estamos todo el tiempo creando nuestra
propia realidad. Lo triste es que no la estamos creando despiertos, sino
dormidos. Estamos proyectando nuestros programas. Y lo sabemos porque
se nos están repitiendo las historias una y otra vez. Sobre este punto,
resalta que el inconsciente regula 95% de la existencia y que la
capacidad de libre albedrío oscila entre 3 y 5%. Como llegan a esa
historia que subyace, sostiene, enseñan a las personas “a cambiar su
forma de ver y entender la vida. Y eso es muy poderos”.
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