Tendemos a creer que nuestro sufrimiento ayuda, que nuestra
preocupación favorece, que nuestro desasosiego es útil. La verdad es que
no lo es. También pensamos que nuestra energía (no solo la de acción
sino la emocional, intelectual, espiritual) queda atrapada en nuestra
propia burbuja. Nos suponemos a nosotros mismos como seres aislados, que
solo intercambian palabras o actividades puntuales y ahí se termina.
Estamos conectados con el Universo. La famosa frase “Todo es Uno” no
es una bella abstracción de los libros sagrados: es una realidad. Todo
es energía de una forma u otra y fluye e influye. Cuando una persona
sufre y tú sufres con ella, tu energía se suma a la de ella y la cargas
con más sufrimiento. Cuando te quejas acerca de algo, lo refuerzas.
Cuando imaginas un panorama desolador, estás apoyando a que se realice.
Nada permanece en tu esfera ni es neutral: estás fortaleciendo lo que
más temes o sufres.
Otra teoría (que no ponemos en práctica) es que somos creadores.
Leemos mucho acerca de ello y en general lo hacemos desde el punto de
vista personal: lo que podríamos cambiar de nuestro propio mundito. No
tomamos en cuenta que no existe tal mundito separado, sino que está en
conexión con el Todo y minimizamos nuestra contribución por considerarla
poca o inútil frente al tamaño de semejante caos. Así, continuamos
haciendo lo de siempre, sumándonos a ese caos. No hay energía
insignificante ni infecunda.
Entonces, ¿qué puedes hacer?
– Comienza por dejar de proyectar, de poner en los demás lo que es tuyo.
Hazte responsable de tus pensamientos, de tus emociones, de tus actos,
de tu vida. Acompaña al otro animándolo, alentándolo a sacar lo mejor de
sí, confiando en él, enviándole luz, claridad, amor.
– Deja de victimizar y victimizarte. Estoy notando una creciente
corriente de “protección” de grupos, enfermedades, condiciones, etc.
desde el punto de vista de que son desamparadas víctimas del destino que
es necesario llenar de prebendas y defensas (así pronto la mayoría de
la población estará dentro de alguna categoría para “pobrecitear”).
Teniendo en cuenta que elegimos lo que venimos a vivir y que nadie en la
Tierra es un ángel puro libre de desafíos, flaco favor les estamos
haciendo al no empoderarlos, brindándoles recursos para que puedan
demostrarse su propio valía y potencia.
– Valora tu contribución. Estamos en tiempos magníficos, en los que
es necesario concientizar que este es un juego que cambia de acuerdo a
los jugadores. Son tiempos de evolución, no de revolución. Cuando veas
algo que no te gusta, enmárcalo dentro de la Unidad, no de la separación
fatalista. No está fuera de ti, reconócelo como una parte tuya que
necesita comprensión y amor. Cuando veas la Oscuridad, no te asustes ni
te deprimas, comprende que es falta o ignorancia de Luz. Tómala, llévala
a ese lugar sagrado dentro de ti e ilumínala, para que pueda/s
evolucionar hacia mejores espacios. Puedes asistir a la sanación
instantánea de la Humanidad aquí y ahora, no solo en lo social sino
también con la Naturaleza (terremotos, inundaciones, etc.). ¡Es
maravilloso!
– Admite tu transformación. Estoy observando que estamos integrando
todos nuestros aspectos, esos que rechazamos y/o proyectamos, esos
llenos de oscuridad y negación. Aparecen como fantasmas del pasado o
como vengadores del futuro, llenándonos de frustración y confusión.
Muchas veces, solo necesitan aceptación, perdón y sanación.
– No estás solo ni aislado. Eres parte de Todo Lo Que Es. Tu energía
fluye, dando y recibiendo, transmutando y transmutándose. Habita tu
cuerpo, resignifica tu aporte, ámate y ama, eres guiado y protegido,
eres magnífico.
Por Laura Foletto
RECURSOS SUBIDOS AL SITIO:
http://abrazarlavida.com.ar/la-espiral-de-la-evolucion-en-tiempos-dificiles/
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