Las situaciones de precariedad económica
que se presentan en ocasiones, pueden obedecer a muy diversas causas,
todas ellas susceptibles de ser limpiadas y borradas con la práctica de
Ho’oponopono.
En
la actualidad son muchos los casos de personas que acuden a los
Círculos de Sanación con Ho’oponopono con la esperanza de mejorar su
economía a través de la práctica de esta ancestral enseñanza.
La
escasez de dinero puede tener sus raíces profundas en pensamientos,
sentimientos y memorias subconscientes del pasado, o estar influenciada
por viejos conflictos no resueltos, con personas de la familia o del
entorno laboral.
Otras
veces la causa de la precariedad económica es debida a que nos hemos
desviado del propósito original del alma al encarnarse, y esta es su
particular forma disuasoria para mostrarnos que vamos por el camino
equivocado.
Es
hora de revisar nuestra motivación laboral, si nos mantenemos durante
años en un trabajo insatisfactorio, por miedo a quedarnos sin sustento o
por falta de confianza en que podemos conseguir algo mejor, a veces, de
pronto, nos encontramos en la calle. Y es entonces… cuando tenemos la
oportunidad de lanzarnos a buscar algo más acorde con nuestras
verdaderas aptitudes y deseos de corazón.
Atraemos
la abundancia a nuestra vida cuando somos plenamente conscientes de
nuestros dones y los ponemos al servicio de la comunidad, en el
cumplimiento de nuestro propósito de encarnación.
La
divina providencia tal como su nombre indica es la encargada de la
provisión adecuada de todo lo que necesitamos en la vida material,
siempre y cuando, no seamos nosotros mismos con nuestras memorias
pasadas de escasez y no merecimiento, quienes cortemos el natural fluir
de la abundancia que por ley divina nos corresponde.
Es
la fuerza de vibración de nuestros pensamientos, palabras y acciones,
en armonía con los deseos de nuestro corazón y los dictados de nuestra
alma, la que día a día va manifestando en la materia, el nivel de
riqueza material y personal del que podemos disfrutar en la vida.
Si
queremos tener una economía saneada haremos bien en estar atentos a lo
que pensamos sobre el dinero, lo que expresamos en relación con él y con
qué criterios lo gastamos y lo invertimos. Porque el dinero no es más
que energía y como tal responde a las leyes universales del intercambio
energético. Apreciarlo, respetarlo y entregarlo con amor es lo que lo
mantiene en permanente circulación. El equilibrio entre dar y recibir es
la clave, dar, aún en las situaciones más precarias, a las personas que
están en peores condiciones que nosotros, mantendrá el dinero fluyendo a
nuestra vida.
Si
nos estamos quejando todo el tiempo diciendo que el mundo está muy mal,
que no hay trabajo, que no llegaremos a final de mes, o que el dinero
es sucio y los ricos ladrones, no nos extrañe que no quiera quedarse en
semejantes manos y que se large rápidamente en el mismo instante en que
aterriza en ellas.
Hay
que estar muy atentos a los pensamientos de escasez, a las emociones de
miedo a la pobreza y a las expresiones de limitación, para limpiarlos y
borrarlos constantemente haciendo Ho’oponopono. En el caso de que nos
encontremos en medio de una conversación en la que otras personas hacen
declaraciones de carencia y escasez, o ante las noticias que nos hacen
sentir con miedo al futuro, mentalmente podemos afirmar: “Cancelado,
esto no pertenece a mi mundo”, de manera que no aceptamos estas
limitaciones como verdaderas en nuestra realidad. Y a continuación
decimos interiormente, o mejor aún, verbalizamos en voz alta: “Yo soy
la abundancia y la prosperidad ahora y siempre en mi vida”.
Si queremos mejorar nuestra economía podemos practicar cada día
conscientemente Ho’oponopono con nuestros pensamientos de carencia y los
sentimientos limitantes hasta que la situación se resuelva diciendo:
Divina
presencia… (O cualquier otra palabra que empleemos para referirnos a
nuestra parte divina) pido ahora que se borren todas las falsas
memorias, los pensamientos y las creencias, los sentimientos y emociones
que ocasionan en mí: carencia, precariedad económica, escasez y
limitación de cualquier índole, miedo al futuro, depresión o tristeza.
Que sean borradas en mí ahora desde la raíz y por siempre.
Lo siento, perdóname, te amo, gracias.
Hay
que perseverar con confianza el tiempo necesario para que todos los
bloqueos sean transmutados y podamos acceder a la inspiración que guiará
nuestros pasos hasta la resolución de toda precariedad.
Si
a pesar de ello los resultados tardan en aparecer, es conveniente
ampliar la práctica a la sanación de nuestros ancestros, con la oración
que para ello nos ha legado la kahuna Morrnah Simeona.
Aloha
Dra. Mª Carmen Martínez Tomás
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