miércoles, 28 de octubre de 2015

HOPONOPONO... capítulo del nuevo libro El Camino Más fácil Para Vivir

Mi maestro, el Dr. Ihaleakalá Hew Len, dice que ve- nimos con todo incluido. ¿Sabes lo que quiere decir con esto? Quiere decir que, cuando nacemos, venimos llenos de bancos de datos memorias de nuestros ancestros y del pasado. Por lo tanto, las cosas y situaciones nunca son lo que pensamos que son. Cuando estás discutiendo por algo que está pasando en el presente, debes recordar que la situación no tiene nada que ver con el momento actual, pues tan sólo es una manifestación de tus memorias que se repiten.
Permíteme darte un ejemplo: cuando vas al cine, sabes que la película no está en la pantalla. En realidad, está en la parte de atrás de la sala, en el proyector. Pues en la vida es igual. Las personas y situaciones son como pantallas y, aparentemente, nos encanta hablar con las pantallas.  Somos expertos en esa materia. tratamos de convencer a la pantalla de que tenemos razón. Deseamos que la pantalla cambie, pero ella no puede hacer nada. Las pantallas no cambian. Si deseamos que cambie lo que se proyecta en nuestra pantalla, debemos cambiar nosotros. La película está en nuestro interior. nosotros somos el proyector.
¿Por qué se reproducen las memorias? Estas aparecen para darnos la oportunidad de aceptar el 100% de la responsabilidad y soltar. Cuando soltamos, le damos permiso a la Divinidad (Dios) para borrar esas memorias y nos liberamos. De hecho, lo que llamamos problemas son oportunidades. La vida se nos otorga como oportunidad de crecer y descubrir quiénes somos en realidad, porque hemos olvidado nuestra verdadera identidad, para qué estamos aquí y qué vinimos a hacer. Vinimos a esta vida a recordar quiénes somos y a corregir nuestros errores. Sí, venimos para corregir errores. Eso es exactamente lo que hace Ho’oponopono, un arte hawaiano muy antiguo de resolución de problemas.

Enmendamos nuestros errores aceptando el 100% de la responsabilidad y diciendo: Lo siento, por favor, perdóname por lo que sea que esté en mí que creó o atrajo esto a mi vida.
Quisiera dejar en claro que la responsabilidad no tiene nada que ver con la culpa. no estoy sugiriendo que somos culpables. Digo que somos responsables. Sí, atraemos todo lo que ocurre y se presenta en nuestra vida. Nos pasamos la vida tratando de descubrir nuestro propósito. Pues, tengo novedades para ti: tu propósito es limpiar (Ho’oponopono) y soltar todo lo que no esté directamente relacionado con tu esencia. tú no eres tus memorias; estás más allá de ellas. Pero sí eres responsable de reparar y aclarar tus asuntos. Como hubiese dicho Shakespeare: “¡Este es un gran escenario y todos somos grandes actores!”
Imagino que estarás tratando de analizar todo esto, pero no hay nada que necesites saber o entender. Considéralo. Cuando usas tu computadora y trabajas con un programa ¿tienes idea de cuántos otros programas están funcionando al mismo tiempo? De todas maneras, no necesitas saber ni entender todo lo que está pasando para poder usar tu
computadora. Lo único que necesitas saber es que existen programas y que están funcionando. En tu realidad, tal vez no entiendas por qué o de dónde vienen las cosas ni por qué aparecen ciertas situaciones en tu vida. Y no es necesario que lo sepas. tu único deber es soltar.
Por ejemplo, cuando surge algo entre tú y otra persona, lo que ocurre no tiene nada que ver contigo ni con la otra persona. Son sólo memorias. no es necesario hablar, analizar el asunto ni ganarle la partida a nadie. recuerda, cuando miras a la otra persona o al problema, en realidad no los estás viendo. Sólo ves las memorias de esa persona o de ese problema. Siempre vemos la realidad a través de una pantalla de humo y jamás vemos con claridad. todo está teñido por nuestras memorias, nuestros juicios y creencias, lo que consideramos correcto o como pensamos que deberían ser las cosas.
nuestro único deber es soltar. Cuando lo hacemos, lo que se borra de nosotros se borra de la otra persona o de la situación. Entonces, la gente y las situaciones cambian, pero no son realmente ellas las que cambian. nosotros cambiamos. 

A medida que sueltes tus memorias de las personas, comenzarás a verlas de una manera diferente. Así que, la próxima vez que aparezca un problema en tu vida, asegúrate de considerarlo una bendición, una oportunidad de soltar algo, corregir un error y liberarte. En este momento eres un esclavo. Posiblemente creas que eres libre, pero eres un es- clavo de tus memorias y programas, porque ellos te dicen lo que es bueno y malo, lo que es correcto e incorrecto. El intelecto lo etiqueta todo, pero no existe lo correcto y lo incorrecto. La mente cree que sabe, pero no sabe nada. La única función del intelecto es elegir entre soltar y engancharse, soltar o tener la última palabra.
Ser o no ser, esa es realmente la cuestión.
cd
 Mabel Katz
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