Rompe el cristal opaco, viejo y desgastado que tergiversa y deforma tu visión de la Vida. Ese cristal se parece mucho al de tus ojos. Es el mismo.
Tiene duras y profundas cataratas. Crees ver bien, pero lo haces con deformidad. Ves a través de la visión de otros, pero en tu corazón está la convicción de que hay algo más al otro lado del cristal, del espejo.
¡Sé valiente y rómpelo con tus manos, aunque sangren. Ya curarán!
Rompe ese crital, ese espejo, y verás con alegría y plenitud que al otro lado te aguardaba tu propia realidad, rtu propio mundo, el que anhelabas, soñabas, el que desde siempre habías estado moldeando. Ese mundo nuevo te espera, y junto a tí caminan, caminarán otros hermanos, y entre todos conseguiremos que un Nuevo Sol y una Nueva Tierra se manifiesten.
Rompe ese cristal, ese espejo. Harás mucho ruido, pues los cascotes al caer al suelo, lo hacen chillonamente, incluso amenazando herirte en cualquier descuido. Pero no tengas cuidado. De un simple paso de tu corazón, y con la dignidad de tu alma, estarás al otro lado. Deja atrás lo que se resiste a renacer. Habrá otro momento para lo que has dejado atrás. Tu sitio está al otro lado, donde la Luz de un Nuevo día hace resplandecer tu rostro.
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