jueves, 14 de agosto de 2014

LEY DE RECURRENCIA


“De ninguna manera podríamos negar la Ley de Recurrencia procesándose en cada momento de nuestra vida. Ciertamente, en cada día de nuestra vida existe repetición de eventos, estados de conciencia, palabras, deseos, pensamientos, voliciones, etc. Es obvio que cuando uno no se auto-observa, no puede darse cuenta de esta incesante repetición diaria”. Samael Aun Weor, “Tratado de Psicología Revolucionaria”, Cap. Nº 17.

Existen variadas formas de la Ley de Recurrencia, unas a nivel individual y otras a nivel colectivo.
Al retornar el Ego, al re-incorporarse, todo vuelve a ocurrir tal como sucedió, más las consecuencias buenas o malas. Es decir, se repiten las diversas escenas de nuestras existencias anteriores, ya en espiras más elevadas, ya en espiras más bajas. La espiral es la curva de la vida y está simbolizada siempre por el caracol. Nosotros somos “malos caracoles entre el seno del Padre” y obviamente nos desenvolvemos –evolucionando e involucionando- en la línea espiral de la vida.
Otra forma de Recurrencia podemos evidenciarla en la Historia de la Tierra y de sus Razas.
La primera sub-raza de nuestra actual Raza Aria se desenvolvió en la Meseta Central del Asia y tuvo una poderosa civilización esotérica.
La segunda sub-raza floreció en el sur del Asia, en la época pre-Védica, y entonces se conoció la sabiduría de los “Rishis” del Indostán, los esplendores del antiguo Imperio Chino, etc.
La tercera sub-raza se desenvolvió maravillosamente en el Egipto, Persia, Caldea, etc.
La cuarta sub-raza resplandeció con las civilizaciones de Grecia y Roma.
La quinta fue perfectamente manifestada con Alemania, Inglaterra y otros países.
La sexta resultó de la mezcla de los españoles con las razas autóctonas de Indo-América.
La séptima está perfectamente manifestada en el resultado de todas esas mezclas diversas de razas, tal como hoy lo podemos evidenciar en el territorio de los Estados Unidos.
Ostensiblemente las siete ramas del tronco Ario ya existen plenamente, y esto está completamente demostrado.
Los estudios realizados por el Venerable Maestro Samael en el Mundo Causal, según sus mismas palabras “le han permitido verificar –concretamente- hechos asombrosos que habrán de sucederle a nuestra humanidad actual”, pues “como quiera que cada una de las grandes razas que han existido en el mundo han terminado siempre con un gran cataclismo, se puede deducir lógicamente que nuestra actual Raza Aria habrá de terminar también, muy pronto, con otro tremendo cataclismo. Después de esa gran catástrofe que se avecina, la Tierra volverá a ser habitada por gentes selectas, desprovistas de Ego”.
“Esa futura Raza (la Raza “Coradi”) que habrá de poblar la faz de la Tierra, está siendo creada intencionalmente por los Hermanos de la Fraternidad Oculta; será un tipo de gente nueva, mezcla de terrícolas con extra-terrestres, una humanidad resplandeciente”.
“He allí, pues, el personal con el cual se habrá de formar la futura Jerusalem de que habla El Apocalipsis de San Juan. Es incuestionable que entonces, de acuerdo con la Ley de Recurrencia, resucitarán las gloriosas civilizaciones esotéricas de la antigüedad”.
Así es como trabaja la Ley de Recurrencia en todos los rincones del espacio infinito, pero desde el punto de vista del trabajo interior conviene que estudiemos el modus operandi de esta gran Ley en la vida diaria de cada uno de nosotros...
Ya hemos dicho que al regresar, al retornar, al re-incorporarnos en un nuevo vehículo físico, repetimos detalladamente todos los acontecimientos de nuestra pasada y pasadas existencias.
Existen, por ejemplo, sujetos de rigurosa repetición, casos concretos de Egos que retornan –durante muchos siglos- en el seno de la misma familia, ciudad y nación. Esos son los que, debido a la incesante repetición de lo mismo, pueden predecir con absoluta claridad lo que les aguarda en el futuro. Esos son los que pueden decir, por ejemplo: “Me casaré a los 30 años, tendré una mujer de tal color, de tal estatura, tantos hijos; mi padre morirá a tal edad, mi madre a tal otra, mi negocio fructificará o fracasará, etc., etc.”, y es claro que todo esto se viene después a suceder con exactitud asombrosa, pues son personas que se saben su papel a fuerza de tanto repetirlo, que no lo ignoran y eso es todo.
Entran también en este asunto los “niños-prodigio” que tanto asombran a las gentes de su época. Por lo común se trata de Egos que ya saben su oficio de memoria y que –al retornar- lo hacen de maravilla desde los primeros años de su infancia.
¡Es asombrosa, pues la Ley de Recurrencia!: las personas normales, comunes y corrientes, repiten siempre sus mismos dramas. Los cómicos una y otra vez, en cada una de sus existencias sucesivas, repiten las mismas payasadas. Los perversos se re-incorporan incesantemente para repetir las mismas tragedias.
Todos esos eventos, propios de las existencias repetidas, van acompañadas siempre de las buenas o malas consecuencias, de acuerdo con la Ley de Causa y Efecto o Ley del Karma.
Ejemplos: volverá el asesino a verse en la horripilante ocasión de asesinar, más será asesinado. Volverá el ladrón a verse en la misma oportunidad de robar, pero será metido en la cárcel. Sentirá el mismo bandido el mismo deseo de correr, de usar sus piernas para el delito, pero no tendrá piernas, nacerá inválido o las perderá en cualquier tragedia. Querrá el ciego de nacimiento ver las cosas de la vida, aquellas que posiblemente lo condujeron a la crueldad, etc., pero no podrá ver. Amará la mujer al mismo marido de la existencia anterior, a aquel que posiblemente abandonó en el lecho de enfermedad para irse con cualquier otro sujeto, más ahora el drama se repetirá a la inversa y el sujeto de sus amores partirá con otra mujer, dejándola abandonada. Volverá el salteador de caminos a sentir el deseo de correr, de huír; clamará posiblemente en estado de delirio mental, revestido con un nuevo cuerpo –de naturaleza posiblemente femenina-, tendrá delirios extraños, no podrá huír de sí mismo, enloquecerá, será un enfermo mental, etc., etc.. Así trabaja la Ley de Recurrencia.
Hay repetición de acontecimientos cósmicos y naturales debido a las leyes de Retorno y Recurrencia, sin embargo lo más interesante es comprender de que manera esta ley se procesa dentro de nosotros mismos, esta ley se manifiesta en la repetición mecánica de todos nuestros actos, recurrimos incesantemente en lo mismo, ya en espiras más bajas o más altas, cada vez volvemos a vivir las mismas escenas, los mismos dramas, las tragedias, etc. los actores de tales escenas viven dentro de nosotros mismos, son los yoes o defectos de tipo psicológico, si desintegramos a esos actores se terminan los dramas, las comedias y los sufrimientos.

“Un hombre es lo que es su vida; si un hombre no modifica nada dentro de sí mismo, si no transforma radicalmente su vida, si no trabaja sobre sí mismo, está perdiendo su tiempo miserablemente” Samael Aun Weor.

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