viernes, 18 de julio de 2014

EMOCIONES EN LA PIEL

La piel recubre todo mi cuerpo y delimita lo que está “en el interior” y
lo que está “en el exterior”, es decir mi individualidad. Por su superficie, mi
piel es el órgano más importante de mi cuerpo. Es una capa protectora que
delimita con precisión mi espacio vital y que deja translucir fielmente e
inconscientemente mi estado interior. Si soy una persona dulce, también lo
será mi piel. Si es muy grande mi sensibilidad, también mi piel será muy
sensible. Al contrario, si soy más bien duro conmigo mismo o con los demás,
mi piel será también muy dura y espesa. Si está irritada mi piel, hay algo o
alguien en mi vida que me irrita. Una gran inseguridad hace que mi piel sea
húmeda mientras que una piel que transpira mucho evacua las emociones que
retengo y que necesito evacuar. La calidad de mis relaciones con el mundo
exterior estará pues representada por el estado de mi piel.
La piel es como la corteza de un árbol. Nos revela que hay problemas
exteriores o interiores. Aísla las células de mi cuerpo, mis componentes en
cuanto a mi entorno exterior. Si mi piel tiene anomalías, hay muchas
probabilidades de que sea una persona que da mucha importancia a la opinión
de los demás y a lo que pueden decir a mi respecto. Estando poco seguro de
mí mismo y teniendo miedo de estar rechazado o de hacerme herir, voy a
crearme una enfermedad de piel que se volverá “una barrera natural” que
permitirá guardar cierta distancia con mi entorno. La piel es un tejido blando
que está relacionado con la energía mental y por lo tanto expresa mis
inseguridades, mis incertidumbres de aquí la expresión “estar rojo de ira”. Mi
piel puede cambiar de color cuando estoy molesto o cuando puedo sentir
vergüenza. Es pues la línea de demarcación física, mi máscara entre mi
interior y mi exterior. Si mi piel es seca, es que carece de agua. El agua es el
segundo elemento (después del aire) necesario a la vida. Mis relaciones con la
vida son pues secas, áridas. Me bloqueo interiormente en mis relaciones con el
entorno. Puedo tener la sensación de “secarme”. Debo buscar la alegría en mi
comunicación con los demás. La piel muerta que hace copos indica que me
abandono a viejos esquemas mentales. Si tengo granos en la superficie de la
piel, es que expreso exteriormente problemas de relaciones, comunicación con
mi entorno, referente a puntos concretos. Si mi piel muestra signos de
inflamación, entonces no debo estar menos irritado frente a ciertas situaciones
de conflicto interior o exterior. Si mi piel es grasa, es que retengo, conservo
demasiadas emociones para mí. Puedo desear huir de una situación o persona
como si tratasen de atraparme, como la pequeña bola cubierta de aceite que se
quiere coger y que resbala entre los dedos. Debo dejar fluir la energía para que
mis pensamientos negativos puedan desaparecer. Debo mirar con calma,
fríamente las frustraciones que alimento para que mi piel sea más clara y
menos espesa. Cuanto más me vuelvo transparente y verdadero con los demás,
más transparente será mi piel. Una irritación me muestra que hay uno o varios
pensamientos irritantes que suben en la superficie de mi piel y que he de
mirarlas de frente para que dejen de atraer mi atención y molestarme. Cuanto
más sea capaz de apreciar mis cualidades y ofrecerme pequeños dulces, más
mi piel va a “transpirar” este bienestar por su dulzura y su claridad. Cuanto
más sea capaz de comunicar libremente mis emociones, más se relaja y
resplandece mi piel.
MI ROSTRO
Mi rostro es la primera parte de mi ser que aborda o acoge el universo.
Normalmente, un golpe de vista me da sensaciones sobre alguien según que su
rostro es radiante, luminoso, sonriente o, al contrario, sombrío, irritado, triste.
El rostro se relaciona pues con mi imagen, mi identidad, mi ego. Si quiero
esconder un aspecto de mi personalidad o si me escondo algo a mí mismo,
mi rostro lleva esta máscara también al volverse tenso y con muecas. Del
mismo modo, si me desvalorizo, si critico, si me siento incompetente, si tengo
la sensación que nadie me ama, mi malestar interior se expresa por el aspecto
de la piel de mi rostro que se vuelve llena de granos o que se seca. Una
irritación mental hace la piel imperfecta. Para que se aclaren, se suavicen y se
limpien por sí - mismos los rasgos y la piel de mi rostro, es importante que
limpie primero mi interior y que me quite sentimientos y pensamientos
negativos que mantengo y que deje sitio a más amor, a más comprensión, más
aceptación y más apertura. Mi rostro se iluminará aún más y ya no tendré
necesidad de llevar máscara.
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ACNÉ
En el rostro, el acné se relaciona con la individualidad (cabeza =
individualidad) y tiene relación con la armonía que vivo interiormente y a lo
que sucede exteriormente. El rostro es esta parte mía que da la cara a los
demás en primer lugar, la que me permite estar aceptado o rechazado. El
acné puede producirse cuando estoy emocionalmente y mentalmente en
conflicto con mi propia realidad. Este conflicto está vinculado con la
expresión de sí y mi propia naturaleza interior. Así, el acné es una expresión
visible de irritación, resentimiento, rechazo, miedo, vergüenza o
inseguridad frente a mí o a los demás y demuestra una no aceptación
pj de mí mismo. Me encuentro feo y a veces incluso asqueroso! Estas
expresiones todas están unidas a la afirmación de mi identidad, al amor y a mi
aceptación incondicional de mí mismo. El acné se manifiesta
físicamente por lesiones cutáneas (de la piel) situadas en el epidermis. Sé que
el fast-food (comida rápida) puede favorecer la aparición del acné y
afectar el funcionamiento del hígado sede de la ira. Como adolescente, el acné
frecuentemente está relacionado con cambios interiores que vivo, en el
momento en que debo elegir entre el miedo de abrirme a mí mismo y a los
demás (resistencias, elecciones, decisiones) y así romper (de un modo
frecuentemente inconsciente) todo contacto con los demás, o bien, encararme
con cambios en mi vida, con los ajustes relacionados con mi mundo interior y
mi visión del mundo exterior. Al ya no ser un niño y aún no adulto del todo,
puedo sentirme en una posición incómoda con relación a mi propia imagen.
Puede incluso que tenga miedo inconsciente de perder prestigio delante de lo
que pueda pensar de mí mi entorno. Así el acné se manifiesta por un miedo
inconsciente de mi sexualidad, por una tentativa de exteriorización de lo que
soy verdaderamente. Como adolescente, mi comportamiento es entrar en
contacto con los demás, incluso si quiero ardientemente hacer lo contrario. Me
pongo más feo para filtrar a la gente que no deseo en mi campo magnético o
en mi entorno; establezco fronteras y sólo dejo entrar a la gente con quien
estoy verdaderamente bien; quiero estar en paz sin estar molestado por los
demás que aparto inconscientemente; me repliego sobre mí mismo y quiero
mantenerme así: no consigo amarme suficientemente; entonces los demás no
pueden amarme y sé que algo me molesta y crea negatividad debajo de mi
piel; me comparo a los demás y me encuentro todo tipo de defectos
(demasiado gordo, demasiado alto, etc.) me siento limitado en mi espacio vital
y me rechazo; me siento controlado y dirigido por mis padres de un modo
excesivo; me identifico con uno de mis padres para complacer a los demás, en
vez de guardar mi propia identidad. Aceptando al nivel de corazón los
cambios que se hacen en mí, me mantendré a la escucha de mis necesidades
fundamentales (sexuales u otras) de una manera sana y natural. Descubriré un
día la persona que corresponderá a mis esperanzas. El acné puede situarse en
diferentes partes del cuerpo. En la espalda, se refiere a mi pasado, mis
costumbres, mis miedos anteriores y mis angustias. Es un modo de
rechazarme. O bien puedo dirigir el rechazo hacía las personas por parte de
quienes me parece recibir poco apoyo o sostén a mi respecto. Cuando se sitúa
en la parte alta de la espalda, representa la ira reprimida o irritación que
intenta hallar un alivio. En el pecho, representa el porvenir y lo que está
previsto para mí. El acné significa la búsqueda de mi espacio vital y del
respeto de los demás frente a éste. Debo tomar mi lugar con el corazón e,
incluso si necesario, expresar a los demás cuál es mi espacio y el lugar que
pueden tomar con relación a mi espacio vital. Me acepto y me amo tal
como soy y dejo de querer complacer a los demás a toda costa!
ACRODERMATITIS
La acrodermatitis es una enfermedad de la piel que afecta
esencialmente la palma de las manos y la planta de los pies, ahí donde se
sitúan cuatro de los veinte y uno centros de energía (chakras) menores del
cuerpo. Esto me indica una necesidad de dar más amor con mis manos ya que
el centro de energía situado en la palma de cada mano es una extensión del
centro de energía del corazón que representa el amor. Puedo aprender una
técnica de curación por imposición de las manos, lo cual me ayudará a dejar
fluir esta energía de amor que bloqueo para mí mismo. Puedo también hacer
trabajos manuales de creatividad, pintura o dibujo para hacer que esta energía
pase más libremente por mis manos. En lo que a los pies se refiere, debo
considerarme como andando en un terreno sagrado y dejar que la energía que
albergo corra libremente hacía la tierra, sabiendo que recibo constantemente al
dejar fluir dicha energía.
ACROQUERATOSIS
Igual que para la acrodermatitis, la acroqueratosis afecta la planta de
los pies y la palma de las manos volviéndose el epidermis más espeso. Utilizo
mi energía mental para protegerme de tener que dar por mis manos y sentirme
en mejor armonía con la tierra; Libero mi mental de estas angustias y puedo
tener en cuenta sugerencias hechas para la acrodermatitis para hacer circular la
energía.
AMPOLLAS
La ampolla es una acumulación de agua que se forma entre dos partes
de la piel, o sea la dermis y el epidermis, a causa de una fricción repetida en el
mismo lugar. La acumulación de agua así formada actúa a título de protección
natural del cuerpo. Pone pues en evidencia mi falta de protección, en
particular en el nivel emocional, o mi falta de resistencia. La ampolla es el
recuerdo de una debilidad emocional y el lugar en que se ubica da una
indicación del nivel de la debilidad. Una ampolla a los pies está relacionada
con mi noción de seguridad, el suelo en el cual ando, la dirección que tomo.
Si está detrás del tacón, está vinculada a mi madre, a mis propias cualidades
maternas. Una ampolla en las manos me lleva a ver la irritación y la
frustración en lo que hago o en el modo en que llevo mi vida. Así, mirando en
donde está situada la ampolla, puedo preguntarme lo que me irrita en mi vida,
lo que me causa una fricción y provoca en mí pena (agua) incluso
inconsciente. La ampolla está aquí para aportarme más “luz” sobre lo que
vivo.
GRANOS
Una erupción de granos es la aparición de pequeñas zonas rojas
acompañadas de excrecencias en la superficie de la piel. Mi piel es la primera
parte de mí que entra en contacto con el universo. El color rojo está conectado
con mis emociones y la comezón es el signo de mi contrariedad. Estoy irritado
por retrasos y frustrado por una situación o por alguien. Este brote o erupción
también puede estar vinculado con la vergüenza y la culpabilidad que siento.
En general, hay un estado de estrés intenso frente a mis emociones y esto es lo
que hace aparecer los granos. Igual como la tierra manifiesta erupciones
volcánicas porque se acumula una tensión demasiado fuerte debajo de la
superficie de la costra terrestre, la piel manifiesta erupciones causadas por
tensiones interiores que quieren liberarse. Si me hallo en una situación análoga
en el futuro, mi cuerpo se acordará y brotará una nueva erupción.
Interiormente, me siento contrariado, puedo sentirme amenazado, incluso
puedo rechazarme como persona. Mi inseguridad me lleva a “retirarme” con la
esperanza quizás de que nadie se me acerque. Inconscientemente, incluso
puedo usar este medio para atraer la atención. La zona del cuerpo afectada me
indica a qué nivel se sitúa mi contrariedad. Tomo consciencia de la causa y
acepto expresar lo que siento. Esto me libera y mi piel otra vez se aclara.
Los granos frecuentemente están relacionados con el acné. El acné
suele estar localizado en ciertas partes del cuerpo ( rostro, espalda, etc.), y los
granos pueden hallarse en el conjunto del cuerpo. Son pequeñas bolsas
encarnadas que pueden contener pus, según la infección en causa. Tengo
granos porque expreso impaciencia, quiero anticiparme a las cosas y rápido.
Si se manifiesta el pus, estoy enfadado, hiervo en mi interior. Me siento
contrariado y preocupado. Quizás vivo una pequeña tristeza interior y, en el
caso de granos en el conjunto del cuerpo, un desanimo generalizado. Los
granos en el rostro se vinculan a la individualidad. Es el mismo significado
que el acné del rostro. Me rechazo, filtro las personas que pasan mis
“barreras”, quiero la paz sin que se me acerquen. Tomo el tiempo antes de
decir o hacer algo, recordándome que estoy plenamente guiado!
DERMATITIS
La dermatitis es la inflamación de mi piel. Es la parte de mi ser que
toma contacto en primero con el universo y por consiguiente, refleja varios de
mis miedos y de mis inseguridades interiores. Una inflamación es una
irritación reprimida que intenta expresarse. Este enfado puede ser hacía mí mismo
como hacía los demás. La dermatitis es un modo de reaccionar si
alguien “se resbala” debajo de mi piel, me trastorna, me molesta o si una
situación me causa frustración. Pone en evidencia una necesidad de contacto
físico (habitualmente por el tacto) que pide estar colmada o la necesidad de
evitar un contacto que me está impuesto y que rechazo. Teniendo la dificultad
o no atreviéndome a decir a la otra persona que pare, mi piel “hierve” de ira,
o al contrario, puedo tener dificultad en manifestar mi necesidad de contacto
humano, caricias, etc. Lo importante es respetar mis necesidades, participarlas
a las personas interesadas y la dermatitis podrá desaparecer naturalmente.
MANCHAS EN LA PIEL
Estas manchas en la piel también llamadas “antojos” son
malformaciones muy frecuentes de los pequeños vasos sanguíneos, también
llamados capilares, localizadas en la parte superficial de la piel. Si, al nacer,
tenía una mancha en la piel, puedo empezar a examinar en cuál parte de mi
cuerpo está la mancha. Esto corresponde normalmente a una emoción fuerte,
generalmente ira o pena, vivida por mi madre cuando me llevaba y que me
afectó también. Ya que la cirugía o el tratamiento láser permite hacer
desaparecer todo o parte de estas manchas, voy a tomar consciencia de la
relación que esto tiene conmigo para integrarlo y llevarme a ser más yo mismo.
PUNTOS NEGROS
Los puntos negros o comedones son pequeñas protuberancias en la
superficie de la piel, negras en su cumbre y causadas por una hipersecreción
de sebo. Son la expresión exterior de mi sentimiento interior de estar sucio,
“no limpio” y “no valer gran cosa”, e indica que me desprecio. Aprendo a
amarme tal como soy y a estar orgulloso de mí y entonces, la tez de mi rostro
(en donde suelen hallarse los comedones) se volverá brillante.
VERRUGAS
Las verrugas son una infección viral de la piel que causa un exceso en
la producción de células, creando una masa dura e indolora.
Esta masa es el cúmulo de barreras que erijo en mi camino. Barreras de penas,
rencores, vinculados a ciertas facetas mías que me parecen feos y detestables,
provocando un sentimiento de culpabilidad. Si por ejemplo, tengo verrugas
en el dorso de mis manos, me juzgo muy severamente con relación a mi letra y
a la de los demás. La aparición de verrugas colma un vacío afectivo.
Considero que no merezco nada mejor que esta cosa fea. Si pienso que soy
feo, mi cuerpo se volverá feo, simplemente es el reflejo de mis actitudes
interiores. Si tengo vergüenza de lo que hago, o bien si deseo algo pero creo
que no me lo merezco, es posible que aparezcan verrugas. Es importante ir a
ver en cuál parte del cuerpo ha nacido la verruga, para conocer el aspecto de
mi cuerpo o de mi vida que está afectado. Aceptando lo que soy, un ser
digno de amor, ya no necesitaré verrugas para recordármelo, y desaparecerán.
Diccionario de las Enfermedades Emocionales-
Saiku
http://saikuhayotravidaposible.blogspot.com.ar/

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