¿Has dado amor en el día de hoy?
Acaso esta pregunta te sorprenda; el ser humano no se preocupa por programar esa labor durante el día.
A ti te ocurre otro tanto, ¿no es así?
El amor que tienes para dar, el que recibes, circula desde ti y hacia ti como respuesta a algo fortuito, nunca programado.
Organízate para dar amor, te lo sugiero como una acción deliberada escogida para llevar a cabo con un tiempo asignado como si se tratara de una tarea a agendar, impostergable.
Algunos dicen "yo doy amor cuando cocino, yo hago todo con amor"; no me refiero a esto -que apruebo de manera total- sino a la inclusión en cada día de un minuto dedicado de manera exclusiva a darle amor a alguien, sin elementos mediadores como ropa, plancha, dinero o alimentos. Piensa, ¿sabrías como hacerlo?
Empieza ya. Considera a aquellos que ahora te rodean, pueden ser los primeros destinatarios de esta nueva destreza que tu Maestro te propone.
Ve y reparte amor. Baba estará contigo. Mira, no es necesario mucho esfuerzo, sólo un poco de imaginación: acaso una mirada nueva sea suficiente, una mano en la espalda, una pregunta "¿cómo estás?", un beso en la mejilla, un elogio sincero, un pensamiento lleno de luz o unas flores que llevas por ningún cumpleaños sino para celebrar el hecho de estar juntos, actos simples y amables que con seguridad ya ejecutaste muchas veces pero que Swami te propone hacer desde la volición despierta de un corazón que dice "estoy dándote amor desde la plenitud de mi conciencia", lo cual convierte a este accionar en una fuerza de cuyos resultados te asombrarás, te lo aseguro.
Cuando alguien dice "voy a dar amor" se produce una mutación allá en lo alto y una corriente de energía llega para dotar a quien eligió este camino de una potencia que lo cura todo.
Puede curarte a ti también. Busca el amor, busca que te den amor, no te aísles por falso pudor de esa vibración imprescindible que es la esencia misma de la vida en todo su esplendor y que puedes hallar también en la fragancia de una flor, en la belleza que ofrece ante tus ojos, en el mimo prodigado a cualquier ser viviente y en la toma de conciencia de que tú eres un ser querible que posee en su interior una riqueza que puede hacer de ti una fuente de dicha para otros y para tu propia plenitud.
Destina un minuto del día a dar Amor y enseña esto a los demás, es un precioso ejercicio del espíritu.
Sathya Sai Baba.
"Cuando el Maestro llama" - Graciela Busto.
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