“Considerando el bien y el mal como adversarios irreductibles, el
ser humano se debate sin cesar entre los dos, no sabe cómo
volver a encontrar esa unidad que hace de él un ser fuerte y
dueño de todas las situaciones. Diréis: «Pero no podemos hacer
nada, la realidad está ahí: estamos atrapados entre las fuerzas
del bien y del mal…»
Mientras permanezcáis en la tierra, tendréis que resolver este
problema, y para resolverlo, he ahí un método entre otros:
aprended a responder a las entidades tenebrosas que quieren
atraparos en sus redes. Pero nunca les respondáis con violencia,
porque esto no hace más que reforzarlos. Cuando sintáis que se
acercan bajo forma de tentaciones, malos pensamientos, malos
sentimientos, no os rebeléis contra ellos. Decidles que estáis
encantados de su llegada, y para acogerles aportad la luz,
encended todas vuestras lámparas interiores: inmediatamente
estos visitantes huirán, porque son feos, van mal vestidos y no
quieren ser vistos. Efectivamente, sólo la luz en vosotros puede
ser una respuesta para los espíritus del mal. No les afrontáis,
aportadles sólo la luz. Y gracias a la luz podréis cada día
avanzar más en el camino de la unidad interior.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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