Cuando expresamos nuestro deseo de unión reclamando nuestra pasión por la vida, los tambores de nuestros corazones llaman a otros. Cuando hallamos alegría en los hechos cotidianos, recibiendo cada día con genuina excitación, atraemos a otros. El don de un punto de vista positivo es un imán seguro que crea curiosidad en los demás y despierta en ellos el deseo de descubrir esta clase de felicidad. El tambor del corazón toca la melodía que no se puede negar cuando hay también luminosidad en nuestros pasos y nuestros ojos centellean.
Los Antepasados llamaron a este estado Caminar con la Belleza.
Cuando
una persona camina por la vida de esta manera tan alegre, ha encontrado
la unión con el Yo y puede compartir ese amor con otros. El tambor de
su corazón llamará a los que pueden reconocer el espíritu de la canción
del corazón feliz.
Cuando
estamos decaídos, podemos cambiar la melodía de nuestro corazón
tratando de encontrar cosas que admiramos y apreciamos de nuestras
vidas...
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