viernes, 1 de abril de 2011

UNO ES EL RESULTADO DE UNO MISMO

Nunca culpe a nadie, nunca se quejes de nada ni de nadie porque UD,
fundamentalmente, ha hecho su vida.

Acepte la responsabilidad de edificarse a si mismo y el valor
de acusarse en el fracaso para volver a empezar corrigiéndose.
El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.
Nunca se queje de su ambiente o de los que le rodean.
Hay quienes en su ambiente supieron vencer.
Las circunstancias son buenas o malas según su voluntad y
la fortaleza de su corazón.
Aprenda a convertir toda situación difícil en un arma para triunfar.
No se queje por su pobreza o por su salud o por su suerte; enfréntelas
con valor y acepte que de una manera u otra, son el resultado
de los actos y la prueba que ha de ganar.
No se queje por falta de dinero, porque abunda en muchísimas
partes a través del trabajo.
No se amargue con sus fracasos ni se los cargue a otros.
Acéptelos, ahora o siempre seguirá justificándose como un niño.
Recuerde que cualquier momento es bueno para comenzar y que
ninguno es tan terrible para "claudicar".
Empiece ahora mismo.
Deje ya de engañarse. UD es la causa de Si mismo, de Su tristeza,
de su necesidad, de su dolor, de sus fracasos o de sus éxitos, alegrías y paz.
Sí, ud. has sido el ignorante, el vicioso, el irascible,
el desobediente, el irresponsable, el torpe.
 Ud únicamente ud., nadie pudo haberlo sido por ud.
La causa de su presente es su pasado, como la causa
de su futuro será su presente.
Aprenda de los fuertes, de los activos, de los audaces,
imite a los valientes, a los enérgicos, a los vencedores, a quienes
vencieron a pesar de todo.
Piense menos en sus problemas y más en su trabajo y sus
problemas sin alimento morirán.
Aprenda a nacer nuevamente desde el dolor, y a ser más grande
que el más grande de los obstáculos.
Dentro de ud. hay un hombre que todo puede hacerlo.
Mírese en el espejo de ud. mismo, comience a ser sincero
consigo mismo.
Reconózcase a si mismo, será libre y fuerte y dejará de ser
títere de las circunstancias.
Porque ud. mismo es su destino, y nadie puede sustituirle en
la construcción de su destino.
Levántese, mire la mañana llena de luz del amanecer, ud. es parte
de la fuerza de la vida; despiértese, camine, luche, decídase y triunfará en la vida.

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