Diabetes: un cambio de conciencia para su cura Dr. Gabriel Cousens

xiste abundante evidencia de que aun las personas que sufren de diabetes desde hace mucho tiempo pueden mejorar dramáticamente su salud, e incluso revertir su enfermedad.
Si… la diabetes tipo-2 es una enfermedad curable. A pesar de que la medicina alopática diga que la diabetes tipo-1 y tipo-2 son incurables, nuestra experiencia clínica con más de 120 pacientes muestra que en 21 días el 61% de los diabéticos tipo-2 y el 24% de los diabéticos tipo-1 logran prescindir de la medicación, y alcanzan un nivel de azúcar en sangre normal o de menos de 100 unidades de glucemia luego de 21 días y cero medicación. Basándome en mis 40 años de experiencia como médico holístico, y en la historia de los centros de terapias de alimentación viva –desde los años veinte cuando el Dr. Max Gerson curó a Albert Schweitzer de su diabetes con alimentos vivos- el hecho de que la diabetes es una enfermedad curable es conocido entre la comunidad de la alimentación viva. La diabetes no es un estado inmutable; no es nuestra condición natural, y sólo se convirtió en un problema pandémico desde los años cuarenta del siglo XX. La palabra pandemia proviene del griego pan- que significa “todo” y de demos que quiere decir “pueblo o población”. Por lo tanto, “pandemos” es “toda la población”. Una pandemia es una epidemia que se esparce por toda una región, por un continente o por el mundo.
verdaderas causas de la diabetes
Aunque muchas personas tienen una susceptibilidad genética a la diabetes tipo-2, las verdaderas causas (las que activan el potencial genético de la diabetes) residen en un estilo de vida y un tipo de dieta personal y mundial que gatilla la diabetes. Este estilo de vida personal y mundial diabetogénico incluye, en un nivel individual: una dieta rica en carbohidratos refinados como el azúcar y la harina blanca; una alta proporción de grasas saturadas de origen animal; las grasas trans producidas por la cocción (y específicamente por las frituras a altas temperaturas); las comidas con poca fibra; el café y las bebidas con cafeína; el tabaco; un estilo de vida con falta de amor y ejercicio físico; altos niveles de estrés; y mirar televisión.
A un nivel planetario, los factores diabetogénicos tienen que ver con vivir en un medio ambiente degradado donde el aire, la tierra y el agua están, de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (Environmental Protection Agency, EPA), contaminados con 70.000 sustancias químicas tóxicas diferentes, metales pesados, agroquímicos y otras sustancias, de las cuales 65.000 son potencialmente dañinas para la salud. Según el Consejo de Defensa del Medio Ambiente (Environmental Defense Council) más de dos mil millones de kilogramos de sustancias tóxicas son liberados al medio ambiente cada año, entre ellos 32 millones de kilos de sustancias cancerígenas. Además, vivimos en un ambiente mental y emocional donde los medios de comunicación nos saturan de mensajes de muerte y angustia sobre las guerras y el terrorismo que asolan el planeta. El estilo de vida y una dieta alta en carbohidratos, particularmente de la comida chatarrra producen la diabetes que emanan de estas realidades creadas por los seres humanos, las que tomadas en su conjunto vamos a denominar la Cultura de la Muerte.
La cultura de la vida
La cura, en el sentido más profundo del término, consiste en alejarse de esta Cultura de la Muerte global y personal para adoptar una Cultura de la Vida. En un plano personal, esto implica elegir una forma de vida que promueva el bienestar y la vida tanto para uno mismo como para el planeta. Significa seguir una dieta y un estilo de vida para los cuales la incidencia de la diabetes sea mínima o inexistente. Individualmente esto se traduce en una dieta que sea orgánica, vegana, con al menos 80 % de alimentación viva (cruda), rica en minerales, con 25 a 45 % de grasas vegetales (sin grasas animales), alto contenido de fibras, con un 10 a 25% de proteínas, con bajo índice glucémico y de insulina, bien hidratada, individualizada y en porciones prudentes. Una cocina sustentable a lo largo de la vida de cada persona, preparada y consumida con amor. Colectivamente, significa que todas las personas tengan acceso a una alimentación saludable y orgánica; al agua potable y a una vivienda digna; y a un medio ambiente libre de polución y sustancias tóxicas. Curar la diabetes en este contexto global e individual es un acto de amor hacia uno mismo y hacia el planeta. Este amor es una expresión de la Cultura de la Vida.
La enseñanza detrás de esto es que la humanidad fue creada para gozar de vida, salud y energía. Como fue dicho en Deuteronornio 30:19, hace 3.400 años: “Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia”. Las cosas no han cambiado. Todavía tenemos que elegir. Aún en las circunstancias más adversas es posible para los individuos y las naciones arribar a la curación como un acto de amor y toma de conciencia.
El origen del hallazgo de la cura para la diabetes fue una película sobre la diabetes y los alimentos vivos realizada en el Tree of Life Center de Patagonia, Arizona. La idea original era hacer un film sobre los efectos producidos por una dieta de alimentos con vida de 30 días. Yo sugerí que sería mucho más interesante para el público observar los efectos que producía el consumo de alimentos vivos en individuos diabéticos víctimas de la Cultura de la Muerte estilo McDonald’s. Apoyándome en mi experiencia clínica en la cura de la diabetes, confiaba en que ese enfoque funcionaría con un nuevo grupo de personas diabéticas. Me parecía interesante explorar cómo funcionaban esos principios con un grupo de gente totalmente alejada del estilo de vida y la cocina viva. Los resultados fueron sorprendentes. De los seis que ingresaron al programa, solamente uno desertó. Al cuarto día, cuatro pacientes podían prescindir de la insulina o de su medicación hipoglucémica; y un diabético tipo-1 había pasado de 70 unidades de insulina por día a 5 unidades hacia el final del mes. Uno de los dos pacientes con diabetes tipo-1, que había sido diagnosticado por los médicos de un hospital con diabetes tipo-1, alcanzó niveles normales de azúcar en la sangre luego de dos semanas, y ha permanecido así desde entonces. Mientras escribo esto, dos años después, sigue curado de diabetes tipo-1. Otro participante, que sufría de una severa neuropatía en sus miembros inferiores, entumecimiento en su escroto y en sus pies y de deterioro y confusión mental, y a quien le iban a amputar un pie, se recuperó completamente de la neuropatía y de sus problemas mentales. El tejido de su pie sanó y el azúcar en sangre disminuyó a niveles normales en las primeras dos semanas. Dos mujeres que habían vivido con niveles de azúcar en sangre de más de 300 –con medicamentos- disminuyeron sus marcas a 111 y 130 al final del primer mes, sin necesidad de recurrir a medicación. La mayoría de las demás sustancias sanguíneas se normalizaron luego de un mes. El estado mental de todos los participantes se volvió alegre y tranquilo.
El programa de 21 días del Tree of Life
Al damos cuenta del poderoso efecto sobre el estado físico y mental de los participantes tras 30 días de comida viva con suplementos y hierbas específicas para diabéticos, nos percatamos de que teníamos un tratamiento aplicable y exitoso para la población general, ya que el grupo de participantes era representativo de la población occidental. El Programa de 21 días del Tree of Life es más poderoso que el enfoque de los 30 días ensayado en la película. Incluye un ayuno de al menos siete días basado en jugos de verduras en la primera semana, que acelera notablemente la reversión del proceso degenerativo de la diabetes. En base a las investigaciones del Dr. Stephen Spindler, creemos que la restricción de calorías activa los genes anti envejecimiento y, teóricamente, también los genes anti diabéticos. En realidad, en nuestro enfoque dietario no hay restricciones, sino que los pacientes son invitados a disfrutar de una deliciosa y saludable cocina. Ese es el gran secreto del éxito de nuestro programa. En la segunda semana, en un curso de cuatro días se les enseña a pacientes cómo abandonar la creencia de que la diabetes es una enfermedad incurable. También se les muestra cómo alejarse de los hábitos y de las costumbres que conducen a llegar a un estilo de vida diabetogénico. Durante la tercera semana, las personas aprenden cómo preparar comidas con bajo contenido glucémico y cómo cocinar saludablemente. Contamos con un año de seguimiento de los pacientes para alentarlos a continuar con el programa.
No se equivoquen: liberarnos de los hábitos culturales, personales y nutricionales que conllevan a la diabetes no implica sólo curamos a nosotros mismos y alcanzar una mejor calidad de vida, también significa un acto de amor y conciencia que contribuye a una transformación positiva en todos los niveles de la sociedad. Este no es solo un enfoque que conduce a la prevención y cura de la diabetes, sino que delinea los fundamentos de una dieta saludable, a la vez que rejuvenecedora y que nos guía a una vida más sana, feliz y ecológica en el planeta. Ya he comenzado esta Cultura de la Vida en forma humanitaria y preventiva con programas en México, Ghana, Nigeria, Camerún, Nueva Guinea y con trabajadores mexicanos en Estados Unidos e indígenas norteamericanos; ahora mismo estoy desarrollando un programa preliminar en Etiopía. Una vez que uno entiende la dinámica de la sanación individual, es fundamental expandirla hacia la comunidad.
Sólo resta una pregunta para el lector: ¿Te amas suficientemente a ti mismo y al planeta como para querer curarte de la diabetes y ayudar al mundo a salir de la Cultura de la Muerte –que es la causa principal de la diabetes- para entrar a una Cultura de la Vida que traiga amor, paz, abundancia y salud al mundo?
Bendita sea tu salud y tu alegría,
Hay una cura para la diabetes
Dr. Gabriel Cousens

Con este libro el Dr. Gabriel Cousens se ubica entre los principales médicos del mundo. “Hay una cura para la diabetes” es una síntesis de sus treinta y cinco años de experiencia clínica, y presenta un enfoque holístico práctico, integral y altamente efectivo para el tratamiento y la cura de una de las enfermedades más comunes. Es la contribución más importante para el tratamiento de la diabetes que he encontrado en mis cuarenta años de experiencia médica.
Hay una cura para la diabetes. 428 págs. Editorial Epidauro.
Gaia Esencias.
Av. 11 de Septiembre 1945 of. 210, Providencia.
Av. Padre Hurtado Sur 1621, Local 12. Las Condes.
$ 20.000
Gabriel Cousens
es doctor, terapeuta familiar, médico ayurvédico, homeópata, acupuntor, médico investigador, líder ecológico y autor de los libros: Nutrición espiritual, Comer con conciencia, y Hay una cura para la diabetes. Fundador y director del Tree of Life Rejuvenation Center, es considerado uno de los principales expertos médicos de nutrición, espiritualidad y alimentación viva en el mundo.
www.gabrielcousens.com

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